Isabel Turrent / Los costos de Brexit

AutorIsabel Turrent

El euroescepticismo de muchos políticos y de una buena parte de la población británica desde el ingreso del país a la Europa unida hace más de cuarenta años, se ha mantenido vivo a contracorriente de la realidad.

Los beneficios de la pertenencia -siempre calificada y distante- del Reino Unido, primero a la Comunidad Económica Europea (CEE) y ahora a su sucesora la Unión Europea (UE), son tan evidentes, que es imposible defender cualquier propuesta de rompimiento con Europa con base en argumentos económicos o políticos.

En la primera vuelta del choque entre Gran Bretaña y la Europa unida en 1975, los eurófilos incrustados entonces en el Partido Conservador y encabezados por Margaret Thatcher (desde la oposición y antes de su conversión al euroescepticismo) ganaron la votación en el referéndum de ese año echando mano de argumentos pragmáticos. Las ventajas de la pertenencia británica a Europa eran evidentes.

Ahora lo son aún más. Por eso sorprende que a unos días de un segundo referéndum que tendrá lugar el 23 de junio -convocado en 2013 por el primer ministro conservador David Cameron para aplacar a sus colegas euroescépticos- las encuestas británicas arrojen un empate técnico entre quienes apoyan y quienes rechazan la permanencia del país en la UE. Hoy, 11 de junio, dice The Economist, 43% de votantes están a favor de Brexit (como se llama a una posible salida británica de la UE); 42% a favor de quedarse, y 12% están indecisos.

Las hojas de la tijera, que favorecían a quienes desean quedarse en la UE, se han ido cerrando a favor del abandono de Europa, porque Brexit ha encontrado hábiles promotores populistas -miembros del Partido Conservador que han traicionado a Cameron que encabeza la campaña contra Brexit-: Boris Johnson, un bufón populista a la Trump, y el ministro de Justicia Michael Gove, que se han aliado a UKIP, el partido antieuropeo de derecha.

Juntos han logrado mover el debate lejos de los asuntos económicos, hacia los intangibles que recorren a Gran Bretaña desde la pérdida del Imperio -el nacionalismo y la defensa de una hipotética soberanía absoluta- y contra los inmigrantes provenientes de Europa.

Los anti-Brexit tienen ya muy pocos días para revertir la polémica y centrarla en lo verdaderamente...

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