Isabel Sepúlveda / Reprobado

AutorIsabel Sepúlveda

Juan Sánchez Aldana buscó ser Alcalde de Zapopan desde hace varios trienios. Ahora lo es. Lo increíble es que si tanto tiempo aspiró y luchó por llegar a un puesto de tal importancia, uno esperaría que hubiera planeado qué y cómo hacer para ejercer con eficacia y eficiencia un puesto de tal importancia.

Pero con apenas tres meses y medio en el puesto, la torpeza con la que ha dirigido su Administración demuestra que lo único que tenía claro era llegar a ser Alcalde. Porque si hay algo por lo que su Administración se ha distinguido en tan corto plazo, no es por los planes concretos para mejorar el Municipio, mismos que hubiera podido elaborar durante sus muchos años de espera, o por la armonía entre Alcalde y regidores, producto de su fino tacto político.

No, Sánchez Aldana no ha dado de qué hablar por sus atinadas decisiones, sino porque sus cuestionables y caprichosas acciones han creado suspicacia entre la población y un clima de enfrentamiento entre él (apoyado por los regidores de su partido, que son mayoría) y los regidores de Oposición. Acciones y enfrentamientos que, lejos de ayudar a formar un buen Gobierno, no han dejado ni tiempo ni espacio para trabajar constructivamente en favor de Zapopan.

Sin importarle que la tendencia actual sea reducir los estratosféricos salarios de los altos funcionarios y la enorme diferencia que hay entre lo que éstos y los empleados de menor rango perciben, la gran preocupación del Alcalde de Zapopan era aumentar los sueldos de los funcionarios y empleados del Ayuntamiento. Ayer, a pesar de la negativa de los regidores de Oposición, lo logró.

Los detalles de estos aumentos son indignantes: el nuevo tabulador de 11 niveles salariales otorga a los altos funcionarios aumentos de hasta el 73 por ciento, mientras la mayoría de los niveles 8 a 11, que son los de menor ingreso, sufrirán una reducción a su sueldo para ajustarse al nuevo tabulador (MURAL 18/04/07). Esta acción beneficia a los puestos de primer nivel, que están ocupados por la gente de confianza que llegó con el Presidente Municipal, y pocos de los puestos más bajos tendrán aumento alguno. (Público 19/04/07).

El chistecito costará mensualmente al Ayuntamiento 4.4 millones de pesos. No importa que de los casi 2 mil millones 600 mil pesos de presupuesto anual del Municipio, sólo 280 millones estén presupuestados para obra pública, lo que hará casi imposible mejorar la deplorable situación de pobreza y falta de infraestructura de muchas colonias...

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