Isabel Sepúlveda / Polos opuestos

AutorIsabel Sepúlveda

Primero Slim, ahora el Subcomandante Marcos. Dos polos opuestos vienen a Guadalajara a exponer su visión y sus propuestas de lo que, según cada uno, es el mejor camino para nuestro País. Slim, el recién declarado tercer hombre más rico del mundo, nos visitó el lunes pasado para proponer y pedir adhesión a su Acuerdo de Chapultepec.

Marcos, o Delegado Cero, como ahora se le conoce, cabeza del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, llega mañana a la comunidad wirrárika Bajío del Tule, en el norte de Jalisco; después, estará tres días en Guadalajara para luego continuar hacia el sur del Estado como parte de la "La Otra Campaña" que recorre todo el País.

Viene a escuchar a la gente para enriquecer la Sexta Declaración de la Selva Lacandona emitida "Desde las montañas del Sureste Mexicano por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena y la Comandancia General del EZLN, en el mes sexto, o sea junio, del año del 2005".

La distancia entre los dos personajes no podría ser mayor pero, paradójicamente, los extremos siempre se tocan y ésta no es la excepción. Nadie puede negar que ambos, Slim y Marcos, están en campaña aun sin ser candidatos oficiales de partido alguno, pero además no les interesa serlo. Conocen su poder de convocatoria, saben a quiénes van dirigidas sus propuestas y, lo más interesante o preocupante, según se vea, es que llegan a despertar más confianza que los candidatos oficiales. Esto probablemente se deba a la libertad que les otorga su posición. En el caso de Slim, basta con recordar el dicho: "Con dinero baila el perro y sin dinero bailas como perro"; en el de Marcos, su reiterada negativa a apoyar a Andrés Manuel López Obrador y al PRD por considerarlos una izquierda traidora a sus verdaderos principios.

Los dos despiertan sentimientos contradictorios: de admiración y envidia el presidente de Grupo Carso; de fascinación y desprecio el Delegado Cero. La gente se pregunta cuáles son sus verdaderos intereses: para Slim ¿controlar el País y convertirlo en el conglomerado mayor de sus empresas?; y Marcos ¿es "Pica en Flandes" de intereses extranjeros en el Estado más rico del País, Chiapas, o es pieza de ajedrez de los grupos políticos que tal vez todavía controla Luis Echeverría?

Para una sociedad dominada por la desconfianza y el escepticismo no es fácil creer, y menos aceptar lo que Slim y Marcos promueven como muestras de genuino y prístino interés por el bien de la República. Pero sin duda, le resulta más...

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