Isabel Sepúlveda / 2022: Riesgos y oportunidades

AutorIsabel Sepúlveda

Los mejores deseos para éste y todos los años que inician, sólo se pueden cumplir si hay una visión realista del entorno y de nuestra propia situación. Junto al amor y la salud, lo más anhelado es tener trabajo, generar ingresos para solventar necesidades y sentir satisfacción.

Las empresas son el motor de la economía y creadoras de riqueza. La forma en que un gobierno apoya u hostiga a los empresarios, determina en gran parte el desarrollo de los negocios. El presidente López Obrador dijo esta semana que los empresarios no se pueden quejar. Seguramente se refirió a los magnates con los que suele desayunar en Palacio Nacional o a los grandes empresarios, nacionales y extranjeros, que están siendo ampliamente beneficiados con las obras insignia de su administración. Los datos nos muestran que este segmento no refleja la realidad económica de México.

De acuerdo con el estudio del Inegi de septiembre de 2019, 95.4 por ciento de las mipymes son microempresas; un 3.6 por ciento son pequeñas y otro 0.8 por ciento está conformado por medianas. Juntas representan el 99.8 por ciento de empresas en nuestro país, aportan aproximadamente el 52 por ciento al PIB y un 72 por ciento de empleos formales en México. Sin embargo, el terrorismo fiscal y la incertidumbre por el cambio de reglas para invertir, mantener y crecer sus negocios han sido amenaza constante los últimos tres años.

El 2021 pudo haber sido un año de recuperación económica, sin embargo, la falta de apoyos gubernamentales, la elevada inflación, la salida de capitales y la menor atracción de inversión tuvieron como resultado el incremento en casi 4 millones de nuevos pobres y la caída en el ingreso de 4 de cada 10 trabajadores.

En el estudio de Coparmex dado a conocer esta semana, "2022, Perspectivas y Soluciones para un Mejor Presente y Futuro", se consideran tres factores de riesgo para el crecimiento de nuestro país. Uno: el contexto de inflación como fenómeno global y temporal, surgido por las distorsiones que generó la pandemia en las cadenas de suministro; el riesgo es que dure más de lo esperado y lleve a alzas en las tasas de interés que frenarían la inversión. Dos: nuevas variantes u olas de contagio, como el actual Ómicron, por las restricciones a la movilidad y actividad económica que pudieran generar, lo cual hace más importante acelerar la vacunación, ya que sólo el 52 por ciento de la población cuenta con el esquema...

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