Isabel Sepúlveda/ Miedosos

AutorIsabel Sepúlveda

Es obvio que las razones principales del Instituto Nacional de Evaluación Educativa, para dar largas a la entrega de resultados de las evaluaciones a las escuelas públicas no son ni el temor a la competencia entre una y otra o el dañar reputaciones personales, vaya, ni siquiera el no haber encontrado un mecanismo ideal para hacerlas.

La razón principal es el miedo, porque publicar los resultados implica atacar directamente cuatro problemas fundamentales que han bloqueado el verdadero cambio que esperamos: la falta de transparencia en la distribución de los presupuestos -federal y estatales-, el monopolio del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, las decisiones centralistas, y su contraparte, la falta de participación ciudadana.

Esta semana, MURAL ha reseñado la negativa de varios funcionarios federales y estatales del sector educativo, a transparentar esta información. Aún cuando la renuencia fue seguida de intentos de aclaración, las pobres excusas presentadas no hacen más que acentuar la sospecha de que en realidad lo que se teme es molestar redes de poder, ocultas o no, que impiden un cambio estructural.

Los cuatro problemas mencionados se encuentran relacionados entre sí. Aunque no se puede negar que hay más control del presupuesto por parte del Gobierno, no hay manera, para los ciudadanos, de tener acceso a información que explique con detalle cómo se distribuye la partida educativa (ni ninguna otra). Esta situación impide saber a quiénes se asigna, cómo se usa y sobre todo qué parte sí rinde frutos y cuál se desperdicia.

Es de sobra conocido que el SNTE (el más numeroso de América Latina), maneja plazas de maestros y presupuestos a su antojo y conveniencia política; cuantimás ahora que los bonos de su líder moral Elba Esther están por los cielos dada su amistad con Marta Sahagún.

A mayor ejercicio centralista del poder, menor participación ciudadana. Este es el punto medular que, cuando se toca, es el que más lástima las redes de complicidades.

Me explico. Actualmente hay una falta absoluta de conocimiento acerca de qué pasa con el dinero que se paga por impuestos, ya sean federales o estatales. El caso es que cuando llega de regreso a las instituciones educativas públicas, los responsables de éstas se sienten con obligación de quedar bien, no con los ciudadanos contribuyentes, sino con quienes les dan directamente plazas y dinero (léase SNTE y autoridades educativas).

Si en cada...

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