Isabel Sepúlveda / Más impuestos, ¿para qué?

AutorIsabel Sepúlveda

"¿Estás acostumbrada a que te maltraten?" "¿Te importa que te paguen las compras con grandes cantidades de efectivo, a pesar de la ley que prohíbe hacer esas transacciones sin declararlas?". Esas fueron las dos preguntas centrales que hicieron a la hija de una amiga, cuando hace un par de semanas pidió trabajo en la boutique de una afamada y muy lujosa marca internacional, en la zona más exclusiva de la Ciudad de México. La intención de la chica de 25 años al buscar trabajo en ese lugar era emplearse en un lugar agradable, seguro y, sobre todo, contar con un salario y prestaciones que le permitieran pagar su estancia y estudios en la Capital.

Quien la entrevistaba lo hacía en un tono amable y de confianza. Las duras preguntas eran de rutina, la razón de cuestionarla en esos temas era práctica: "Gran parte de nuestros clientes son políticos y líderes sindicales -sus parientes o amiguitas-, o multimillonarios con fortunas de dudoso origen, por eso, para impedir que se conozca la identidad del comprador y, de pasada, evitar el pago de impuestos, nos pagan en efectivo". Además, le dijo, les gusta que se les atienda de inmediato, algunos son prepotentes, por ello se les debe tener paciencia y no perder la sonrisa, para que se sientan muy bien atendidos, así harán compras millonarias y tú recibirás muy buenas comisiones de venta.

No sorprende el origen de las fortunas de mucha gente con capacidad económica para comprar ropa, accesorios y autos lujosos en ese tipo de establecimientos (de sobra han sido documentadas en investigaciones de MURAL), sus prácticas comerciales y exigencias de comportamiento a su personal de atención al público. Pero sí asombra la naturalidad con que se asume toda esta cadena de corrupción, económica y humana: no importa cómo llegó el dinero a manos de sus clientes, tampoco el despilfarro, ni burlar la ley, ni, lo más duro, la humillación de la persona ante el poderoso don Dinero.

El hecho no sólo dio a la joven una decepcionante bienvenida a la realidad de nuestro país, también nos explica mucho del enojo de los clasemedieros ante los nuevos impuestos que pretenden gravar colegiaturas, renta e hipotecas, y de paso ayuda a comprender, sin justificar, la furia de los de la CNTE que ahora comienza a propagarse entre los maestros del SNTE en Jalisco. Todo se resume en impunidad y abusivos privilegios.

La única manera de que haya políticos y líderes sindicales con semejante poder adquisitivo es la...

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