Irma Martínez / ¡Puede pasarte a ti!
| Autor | Irma Martínez |
La pesadilla de Melissa inició en el 2013, el día de su cumpleaños, mientras festejaba con sus amigas en uno de los antros más populares de San Pedro.
Esa noche, Melissa se encontró a Jaime, amigo desde su niñez y que estudió en uno de los mejores colegios de este municipio, quien la invitó a tomar un "shot".
Jaime pidió las dos bebidas en la barra y se sentaron a compartir en la mesa donde estaban los amigos de él. Ese momento fue el último que registra la memoria de Melissa.
Las amigas la buscaron por todo el antro, pero la festejada y Jaime se hicieron "ojo de hormiga".
A la mañana siguiente, Melissa amaneció en una habitación desconocida. Ella y Jaime estaban en el Hotel Antaris Constitución.
"¿Por qué estoy aquí?, ¿qué pasó?", preguntó ella. "Nada, te traje aquí porque estábamos ebrios", contestó Jaime.
Ella, asustada, tomó un taxi para irse del lugar. Ese día le contó a una amiga lo sucedido.
Sorprendida por su pérdida de memoria, le escribió a Jaime varias veces preguntándole qué había sucedido entre ellos esa noche. "No tienes de qué preocuparte", le respondía.
Sin embargo, mes y medio después, Melissa recibió una llamada, diciéndole que estaban circulando fotos de ella desnuda en celulares de la comunidad.
Melissa se choqueó al ver las imágenes y lo platicó con sus papás.
El papá de la joven me platicó que su primera reacción fue de rabia incontrolable contra el victimario, pero decidió llevar a su hija al Ministerio Público.
La denuncia tuvo trabas, pues habían pasado 45 días y las pruebas de droga, o posible violación, saldrían negativas.
Sin embargo, en un ángulo de las fotos aparece en la ingle del victimario un tatuaje y la autoridad descubrió que Jaime lo tiene. Esto lo señala como sospechoso del delito.
Además, al analizar las fotos, un perito de sueño acreditó el estado de inconsciencia total en el que se encontraba Melissa cuando se las tomaron.
Ante estas pruebas, se giró una orden de aprehensión contra Jaime, quien huyó del País. Sin embargo, el 13 de marzo de este año -cuando él pensó que todo estaba olvidado- fue capturado en el aeropuerto y hoy está con arraigo domiciliario de seis meses.
EL NORTE ha publicado el seguimiento de este caso, inédito en Nuevo León. Lo lamentable es que se sigue sabiendo de casos similares que no se denuncian por miedo o vergüenza.
Tal vez se desconoce que hay una droga llamada "rufis"...
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