Inyectan miel y rock

AutorOmar Magaña

María Fernanda y Christian Aldana de El Otro Yo son de los pocos cantantes que pueden soltar frases como "tu sonrisa mágica me recupera de mi perdición" sin sonar cursis.

En el directo que el grupo dio el jueves por la noche, tenían el respaldo de sus guitarras duras, los golpes que Raymundo Fajardo machacó sobre su batería y el bajo a la Sonic Youth que con dulzura de niña mala ejecutó María Fernanda para convertir las letras rosas en coraje puro.

¿Cuántas bandas más pueden hacer que un joven con cabello largo, playera negra y actitud de chico malo haga la señal de los cuernitos rockeros y cante a la vez "alegría, alegría, alegría"?

¿Cuántas chicas más pueden, como lo hizo María Fernanda en el Hard Rock Café, tocar el bajo y ponerse frente al micrófono para interpretar canciones de amor y sacudirse, de un momento a otro, como si una bomba explotara en su interior?

Los brincos que el vocalista dio sobre el escenario durante la veintena de canciones que el grupo entregó, las melenas mojadas en sudor de Christian y María Fernanda agitándose en el aire, la energía con que Fajardo atacó al bombo y la tarola, y la guitarra constante del invitado Gabriel Garrisi no mentían, era una banda de rock que sin pena habló de cosas comunes.

El Otro Yo derritió las mieles de su pasado disco, Colmena, y del actual Espejismos sobre el el hormiguero de fans que no pararon el baile y los coros a lo largo del concierto.

Otros cortes de Mundo y Abrecaminos servían como aliciente para que los...

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