Colaborador Invitado / Hernán F. Gómez Bruera: Hambre cero: la fórmula de Lula

AutorColaborador Invitado

Consultor en derecho a la alimentación y doctor por el Instituto de Estudios de Desarrollo de la Universidad de Sussex.

Parte de lo que pretende la nueva Cruzada Nacional contra el Hambre se inició en Brasil cuando Lula asumió la Presidencia en 2003. Si consideramos que esa nación superó ya la meta establecida por los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU (redujo la extrema pobreza en más de la mitad antes de 2015), el programa Hambre Cero es referencia obligada. ¿Qué podemos aprender de esta experiencia? Hay lecciones importantes: Cuando el problema del hambre tiene que ver con la falta de acceso a los alimentos más que con la disponibilidad, una política para combatir este flagelo debe pasar necesariamente por el combate a la desi-gualdad y la miseria tanto en sus efectos como en sus causas. Fome Zero buscó con un grado relativo de éxito ser más que un programa de transferencias al estilo Oportunidades. Además del ya conocido programa Bolsa Família, que hoy beneficia a más de 13 millones de familias con un ingreso mínimo, incluye un conjunto de 30 programas donde se articulan medidas de emergencia para atender a los grupos en situación de vulnerabilidad con otras de cambio estructural orientadas a incrementar el ingreso de los más pobres. Se trata de una política de seguridad alimentaria: no se plantea sólo acabar con el hambre hoy, sino garantizar que todas las familias tengan condiciones de alimentarse dignamente y con regularidad en cantidad y calidad suficiente para mantenerse sana física y mentalmente.

La simple distribución de alimentos no resuelve el problema del hambre porque sólo ofrece paliativos temporales, genera corrupción y dependencia. Una política asistencial no basta, aunque pueda ser necesaria en un primer momento. Tampoco puede apostarse todo a un solo programa. En Brasil fue un conjunto amplio de políticas lo que permitió disminuir el hambre de forma considerable: desde el aumento decisivo del salario mínimo, pasando por la ampliación del acceso a la seguridad social y el crecimiento económico, hasta la ampliación del crédito a los más pobres. De todos los factores uno fue particularmente importante: el liderazgo de Lula y de una Presidencia empeñada en mantener el tema en el centro de la agenda.

La movilización social y el apoyo decisivo de la sociedad jugaron un papel fundamental. Lula no llegó a inventarse un tema en 2003. Su gobierno canalizó por la vía institucional una lucha que se originó en Brasil desde...

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