Opinión Invitada / Josefina Rodríguez Corona: Nuevas víctimas

AutorOpinión Invitada

Durante más de una década hemos leído de la detención de personas ligadas con la producción y distribución de pornografía infantil en países europeos, Estados Unidos y Canadá.

Se nos informó el martes pasado de la mayor operación desarrollada por el FBI contra redes de prostitución infantil en 76 ciudades de Estados Unidos, con un saldo de 106 menores rescatados y 150 personas detenidas.

Hace dos semanas conocimos por este periódico de otro caso en donde un mexicano fue arrestado en Monterrey en el marco de un operativo contra la pederastia en internet coordinado por el Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos con un saldo de 255 detenidos.

Siempre consideré que las víctimas de pornografía infantil pertenecían a la infancia en situación de pobreza o abandono, pero en los casos referidos no fue así, ya que a través de engaños y amenazas se utilizó a menores de edad que vivían en familias.

Hoy como nunca es necesario debatir para comprender qué es la pornografía infantil, cómo se produce, quiénes la compran. Y nunca olvidar que es una de las actividades delictivas más lucrativas a nivel mundial.

La pornografía infantil, según la ONU, es toda representación por cualquier medio de un niño en actividades sexuales explícitas, reales o simuladas, o toda representación de las partes genitales de un niño con fines primordialmente sexuales.

¿Quiénes compran la pornografía infantil? Son adultos que sienten atracción sexual por menores de edad, conocidos como pedófilos, quienes no siempre abusan sexualmente de ellos como los pederastas.

La pornografía infantil se produce utilizando niñas, niños y adolescentes, acción que desde hace una década es delito en nuestro País a niveles federal y local.

En 2004 fui invitada a participar en un foro sobre el tema en la Cámara de Diputados, en el cual la PGR nos dio a conocer que hasta bebés de cuna se utilizan para producirla.

En Nuevo León, en el 2003 había quienes consideraban exagerado legislar sobre el tema y durante las mesas de trabajo realizadas se debatió mucho sobre cómo hacerlo e incluso las sanciones se establecieron en función de la edad de la víctima sin considerar que el daño causado es igual para todos los menores de edad, castigo que resultó ser discriminatorio e injusto.

Se logró legislar a nivel federal y estatal porque se tenía la obligación de hacerlo al haber firmado nuestro País el Protocolo Facultativo de la Convención sobre los...

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