Opinión Invitada / José A. González Garza: ¿Cómo le hacemos?

AutorOpinión Invitada

El 25 de julio se publicó una nota en EL NORTE, "Cuestiona Alcalde a 'malos ciudadanos'", donde se informaba que Víctor Pérez, Alcalde de Santa Catarina, en un acto público culpó parcialmente del atraso que sufrimos al hecho de que somos "malos ciudadanos". Tiene razón Pérez, parcialmente.

No hay que olvidar que los funcionarios no dejan de ser ciudadanos por el simple hecho de trabajar en el Gobierno.

Al contrario, aquellos que ocupan un cargo público de elección popular o cualquier otro puesto de Gobierno están ejerciendo uno de los muchos derechos que nuestra Constitución les da a sus ciudadanos.

Esa sencilla, pero profunda verdad se les escapa a muchos funcionarios una vez que han obtenido el puesto, aunque en vano tratemos de recordársela mediante el uso perenne de la "C" antepuesta a su digno cargo en toda comunicación con ellos.

Como tales, están sujetos a los mismos derechos y obligaciones que el resto de los ciudadanos que se dedican a la vida privada. Quizá -en principio- tienen más restringidos sus derechos y deben cumplir con más obligaciones que los demás.

Sin embargo, en la práctica pareciera que resulta al revés. Los que deben estar sujetos al más intenso escrutinio y la más estricta responsabilidad gozan de impunidad, y los ciudadanos sufren en aparente impotencia.

En primer lugar, porque a pesar de los grandes avances en materia de transparencia que existen en la legislación, aparentemente no es suficiente para realmente obligar a las autoridades a cumplir y abrir sus actividades -que corren por nuestra cuenta- para su eficaz revisión por la ciudadanía.

En segundo lugar, porque suponiendo que se llegase a descubrir algún ilícito, los incentivos para que se denuncie legalmente y se castigue a los responsables son muy pocos, difusos y de escaso interés para la ciudadanía en general.

Las denuncias se convierten en asuntos mediáticos que algunos medios utilizan para ganar dinero, los políticos para chantajearse mutuamente y los ciudadanos para deprimirse únicamente.

¿Cómo cambiar esto? ¿Cómo podemos ser ciudadanos modelo para que el Gobierno que merezcamos sea mejor que el que tenemos? ¿Bastará esta meta?

Sí, el interés general, el bienestar colectivo, la obediencia a la norma y la felicidad de ver triunfar al Estado de derecho deberían ser recompensa suficiente, y no pocas personas toman como base sólo eso para actuar conforme a la ley, denunciar las injusticias y en general procurar un mejor futuro para su...

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