Invade al Franz Mayer música de otra época

AutorMaría Eugenia Sevilla

Cuando en los silenciosos pasillos del Museo Franz Mayer surge de los instrumentos una música de flauta, timbales y platillos producida por un rodillo, un papel o un disco con orificios, se crea un ambiente que transporta al espectador a una época donde la energía mecánica y la imaginación bastaban para hacer crecer la magia de la fiesta.

Traída por primera vez a México a través de la fundación belga Automatia Musica, una colección de más de 80 instrumentos mecánicos fabricados en Europa entre el Siglo 18 y el actual será exhibida en el recinto desde este viernes hasta el 28 de mayo.

Se trata de la primera ocasión en que la asociación fundada en 1994, única en el mundo que reúne a coleccionistas de instrumentos mecánicos (aquellos que reproducen música sin la intervención de un ser humano), presenta una exposición en América.

Scarlett de Fays, directora de la Fundación Automatia Musica, señala que Músicos invisibles es una de las exposiciones más grandes de la fundación, debido a que las características espaciales del museo permiten reunir una importante cantidad de instrumentos, aun siendo muchos de volumen considerable, razón por la que "rara vez pueden exhibirse en conjunto".

Una silla y una rueca que son en realidad cajitas de música, un orquestrión u órgano antiguo elaborado en los años 50 que ejecuta dos saxofones y dos acordeones con un programa de papel perforado que le permite tocar 24 horas consecutivas, son sólo dos de las joyas que conforman la singular muestra, la mayoría pertenecientes al Siglo 19.

Entre las curiosidades expuestas destaca una caja de porcelana coronada por un pájaro de arte plumario, diseñada para la reina María Antonieta de Francia, que emite un sonido similar al canto de un ave. "Con estas cajas, las mujeres enseñaban a cantar a sus canarios", recuerda De Fays.

Las pianolas, de las que se muestran varios modelos, "estuvieron de moda entre las mujeres de la burguesía que querían adornarse", explica. "Algunas tienen historia, como el Piano de Espejos, que se echaba a andar en un bar de la frontera de Luxemburgo con Bélgica para avisar a los contrabandistas de cigarrillos que...

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