Intriga que intoxica

AutorMario Abner Colina

La fortuna de los Carranza se cuenta por varios miles de millones de dólares: gracias a Grupo Monarca, tienen una tequilera centenaria, cadena de hoteles, una constructora y mucha influencia política.

También están envueltos en un intenso drama que provocará que Monarca, la serie producida por Salma Hayek, sea un juego de ajedrez de poder y un desfile de intrigas entre haciendas agaveras.

El patriarca, cansado de llevar la empresa y haber cedido a malos manejos, decide ofrecerle el control del imperio a Ana María (Irene Azuela), quien huyó a EU para alejarse de su familia, un nido de serpientes.

El hijo mayor, Joaquín (Juan Manuel Bernal), experto en corruptelas y transas, cree que el trono sólo le pertenece a él. Y el menor, Andrés (Osvaldo Benavides), quien habita un universo de falsedad, querrá su tajo.

Esos son los elementos con los que se encontrará el espectador a partir de este viernes, que estrene la producción por Netflix.

"Uno de los obstáculos de Ana María es introducirse a un mundo absolutamente masculino. Es un tema importante de la serie, pero no el único.

"Sus hermanos constantemente la tratan de: 'No tienes la experiencia', ' Nunca te ha interesado la empresa', 'Eres mujer, ¿qué vas a lograr?'", explica Azuela (Quemar las Naves) en entrevista.

Monarca, justamente, lleva el mensaje del empoderamiento femenino, no sólo por la trama de Ana María, o porque Hayek esté detrás de la serie, ni porque tiene capítulos dirigidos por Natalia Beristáin.

De acuerdo con los creadores, se buscó la equidad hasta en los diálogos de los personajes: hubo casi la misma...

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