Intolerante ante el cinismo

AutorCarlos Vilalta y Perdomo

Si hay dos variables que actualmente están llamando la atención en los resultados de las elecciones recientes, por sus implicaciones en la práctica de la política, son tanto la abstención como el desalineamiento. La primera obedece a una fluctuación temporal que debemos interpretar como políticamente preocupante, pero no estadísticamente sorprendente. Mientras que la segunda la podríamos ver como una tendencia política que indica, entre varias cosas, un cambio central y posiblemente duradero en el comportamiento del votante mexicano. Un cambio que es un efecto consciente; no es algo involuntario.

Debe advertirse que ambas variables, abstención y desalineamiento, se están presentando de forma simultánea, y lo hacen porque comparten la misma causa: la inefectividad generalizada de los partidos y las coaliciones, así como de las clases políticas, para atraer y satisfacer, respectivamente, al electorado en actual redefinición.

En las democracias incipientes, teóricamente, desde un punto de vista agregado y comparativo, es frecuente ver fluctuaciones agudas en el comportamiento de algunas variables electorales; como mejor ejemplo tenemos la abstención. Por lo anterior, no hay en la literatura científica una definición, ni siquiera cercana, de lo que es un nivel o rango de abstención "aceptable" o "normal". Y es que esa definición no es ni necesaria ni útil para términos teóricos y prácticos.

La interpretación estadística de la abstención como "alta", "a la alza", o "baja", debe ligarse al contexto político del lugar y tiempo en donde se celebraron las elecciones. Pero sobre todo, debe relacionarse con sus causas. Su capacidad como indicador radica en verla como un efecto de otras variables. Y su interpretación debe hacerse de manera muy focalizada porque los resultados de una elección en un lugar no son ni política ni estadísticamente independientes (muy rara vez) de los resultados en la elección previa.

Y hablando de este indicador, es importante informar que los niveles de abstención actuales no son excepcionales en México. Desde los ochenta se observan variaciones significativas entre estados, por años electorales, y es más, también agrupando y comparando entre sexenios y décadas. Por ejemplo, en los ochenta se presentaron niveles de abstencionismo como los que hay ahora. Durante los noventa, hubo mucha participación, pero por la presencia de un contexto político muy preocupante, mucho más que ahora, y que por cierto nadie quiere ver de...

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