Al interior del espejo

AutorAnaline Cedillo

Enviada

Una tercia de actividades de esnórquel bajo el mar quintanarroense es la opción para darle la vuelta a los días de encierro en los resorts de Cancún. Los operadores turísticos de la zona abarcan estos tres paseos, partiendo desde las marinas de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres para ir al Museo Subacuático, al Arrecife Mesoamericano y a Isla Contoy, respectivamente.

DÍA 1 MUSEO SUBACUÁTICO DE ARTE

Una probadita sin tanque de oxígeno

En nuestro grupo hay un buzo experimentado, pero para conocer las nuevas esculturas de la segunda galería del Museo Subacuático de Arte (MUSA), en Punta Nizuc, sus habilidades no fueron requeridas, pues las cuatro nuevas piezas hundidas a principios de este mes se dejan ver por cualquiera que sepa esnorquelear: están sólo a 4 metros de la superficie.

Para nuestro buzo, lo ideal habría sido adentrarse en el área más famosa del MUSA, el proyecto de arte y conservación iniciado por el escultor Jason deCaires Taylor en Isla Mujeres.

Ahí, el conjunto de 400 esculturas está sumergido a 10 metros de profundidad y se aprecia mejor buceando, pero quienes sólo sabemos usar un visor y unas aletas, agradecemos esta nueva galería.

Ambas forman el primer parque escultórico subacuático en el mundo, que recientemente Forbes.com ha destacado dentro de su lista de 13 destinos que ofrecen una experiencia de viaje verdaderamente única alrededor del mundo.

En esta aventura vamos guiados por los expertos de Aquaworld, empresa que propone rutas acuáticas, días de pesca y clases de buceo partiendo desde Cancún.

De su marina, cercana a la zona hotelera, zarpamos a bordo del Reef Express rumbo a la laguna Nichupté y avanzamos hasta cruzar los canales de manglar rojo. Ahí, la embarcación baja la velocidad y nos permite atestiguar el paisaje.

Desde la punta de una rama un águila pescadora observa altiva. Cuando hay suerte, dice el guía, otras especies visibles son garzas blancas, pelícanos y cocodrilos.

Tras cerca de 35 minutos, estamos en mar abierto, en el arrecife Nizuc. Siguiendo las instrucciones de nuestro guía, nos preparamos con el equipo de esnórquel para pasear por el insólito museo.

Conforme pataleamos en las aguas de Punta Nizuc el arrecife se hace presente y las esculturas labradas por DeCaires Taylor se develan.

Las macetas de la "Jardinera de la esperanza", la primera escultura que fue hundida, están rebosantes de flora marina y son contempladas por una chica en actitud reflexiva.

Tras aproximarnos más, llegamos frente a las novedades: la escultura "Inercia" muestra a un sujeto obeso frente a un televisor, comiendo una hamburguesa; "La Condesa" retrata a una mujer ataviada con un vestido de época y en absoluta quiet ud; un niño sentado sobre una cubeta frente a un cúmulo...

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