Insectos: el futuro de la nutrición

AutorPaloma Villanueva

Pequeños, nutritivos y crujientes, los insectos como chapulines y gusanos son una opción de gran valor nutricional que podría convertirse en una alternativa para combatir la desnutrición y la obesidad, además de fomentar la economía local y sustentable.

Así lo demuestra el estudio "Insectos Comestibles: Perspectivas de Futuro para la Seguridad Alimentaria y Alimentación para el Ganado", elaborado por la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Universidad de Wageningen, de los Países Bajos.

De acuerdo con el informe, la entomofagia, que es el consumo de insectos por los seres humanos, se practica en muchos países de todo el mundo, principalmente en regiones de Asia, África y América Latina y, de hecho, la ingesta de insectos es parte de la dieta de aproximadamente 2 mil millones de personas a nivel mundial.

En México se consumen 549 especies de insectos como gusanos de maguey, pulgones, escamoles (hueva de hormiga), chapulines, jumiles, escarabajos, mariposas, moscas, avispas, hormigas, abejas, termitas y libélulas.

El estudio de la FAO señala entre las ventajas del consumo de insectos su alto contenido de proteínas, grasas y minerales; que pueden criarse aprovechando diversos flujos de residuos como los de los alimentos y que pueden comerse enteros, molidos o incorporados a otros alimentos.

"El contenido nutricional de los insectos depende de su etapa de vida (etapa metamórfica), su hábitat y su dieta. No obstante, se acepta ampliamente que los insectos proporcionan proteínas y nutrientes de alta calidad en comparación con la carne y el pescado.

"Los insectos son especialmente importantes como complemento alimenticio para los niños desnutridos porque la mayor parte de las especies de insectos contienen niveles elevados de ácidos grasos. También son ricos en fibra y micronutrientes como cobre, hierro, magnesio, fósforo, manganeso, selenio y zinc", se detalla en el informe.

Son además una alternativa para sustituir el valor nutricional de la carne y combatir el sobrepeso y la obesidad. "La carne de vacuno tiene un contenido de hierro de 6 mg por 100 g de peso en seco, mientras que el contenido en hierro de las langostas varía entre 8 y 20 mg por 100 g de peso en seco, dependiendo de la especie y el tipo de alimentos que los propios insectos consumen", refiere el documento.

De acuerdo con el estudio "Los Insectos como Alimento Humano: Breve Ensayo sobre la Entomofagia, con Especial Referencia a...

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