Iniciativa parlamentaria De decreto, para inscribir con letras de oro en el Muro de Honor del Palacio Legislativo de San Lázaro el nombre de Amalia Solórzano Bravo., de 15 de Octubre de 2009

DE DECRETO, PARA INSCRIBIR CON LETRAS DE ORO EN EL MURO DE HONOR DEL PALACIO LEGISLATIVO DE SAN LÁZARO EL NOMBRE DE AMALIA SOLÓRZANO BRAVO, A CARGO DEL DIPUTADO MARTÍN GARCÍA AVILÉS, DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PRD

El suscrito, diputado federal a la LXI Legislatura de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión, con fundamento en lo dispuesto en los artículos 71, fracción II, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y 55, fracción II, del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, propone a esta soberanía la iniciativa con proyecto de decreto para que se inscriba en el Muro de Honor del Palacio Legislativo de San Lázaro, el nombre de Amalia Solórzano Bravo, como acto solemne dentro de los festejos patrios del bicentenario de la Independencia y centenario de la Revolución, conforme a la siguiente

Exposición de Motivos

Hija de Albertina Bravo Sosa y Cándido Solórzano Morales, Amalia Alejandra Solórzano Bravo, "doña Amalia" provenía de Tacámbaro, Michoacán, lugar que la vio nacer en 1912. Casada el 25 de septiembre de 1932 con el general Lázaro Cárdenas del Río, el 1 de mayo de 1934 dio a luz a su hijo Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.

En el año 1937 integró el Comité Mexicano de Ayuda a los Niños del Pueblo Español, que culminó con la fundación del Internado España-México en Morelia. Mamu, como cariñosamente se le conocía, encabezó un comité femenino y presidió en el Palacio de Bellas Artes del Distrito Federal la colecta pública destinada a reunir fondos para el pago de la deuda, a raíz de la expropiación petrolera decretada por el presidente Cárdenas el 18 de marzo de 1938.

Su generosa participación en la vida política de México, como una mujer que hizo valer su propia presencia, destacó por su trabajo comprometido a favor de las causas sociales y fue reflejo ejemplar en cuanto a una primera dama de la nación se refiere, siempre en contacto con la gente más necesitada a quien personalmente dio atención y respuesta; sus valores siempre estuvieron sustentados en la unión y la solidaridad familiar, de la sociedad y del país. Doña Amalia nunca dejó de practicar el altruismo.

Fue habitual que presidiera actos femeninos, mítines sindicales o asambleas intelectuales, en ocasiones en representación del presidente, pero eventualmente con más frecuencia de sí misma. Adelantada a su época, su papel fue fundamental a la hora de defender los derechos de las mujeres, en un...

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