Iniciativa de Decreto por el que se reforman las fracciones IX a la XI y se adiciona la XII al artículo 17 de la Ley de Bienestar Animal del Estado de Puebla

Fecha de registro24 Agosto 2023
Etapacomisión de medio ambiente, recursos naturales y cambio climático
Autor de la iniciativaMaría Yolanda Gámez Mendoza
SesiónTercer Comisión Permanente
Partido PolíticoMORENA
EstatusAprobada




DIPUTADAS Y DIPUTADOS INTEGRANTES

DE LA COMISIÓN PERMANENTE DE LA LXI LEGISLATURA

DEL HONORABLE CONGRESO DEL ESTADO DE PUEBLA

P R E S E N T E


La suscrita Diputada María Yolanda Gámez Mendoza, integrante del Grupo Legislativo del Partido MORENA de la LXI Legislatura del Honorable Congreso del Estado de Puebla, con fundamento en lo dispuesto por los numerales 63 y 64 de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Puebla; 44, 144 y 147 de la Ley Orgánica del Poder Legislativo del Estado Libre y Soberano de Puebla; y 120 del Reglamento Interior del Honorable Congreso del Estado Libre y Soberano de Puebla, someto a consideración de este Honorable Cuerpo Colegiado la presente Iniciativa de Decreto por virtud del cual se reforman las fracciones IX a XI y se adiciona la fracción XII al artículo 17 de la Ley de Bienestar Animal del Estado de Puebla; al tenor de los siguientes:



C O N S I D E R A N D O S



El concepto de bienestar animal incluye aspectos relacionados con la salud física, el estado emocional y el comportamiento de los animales, en este sentido, aunque hay muchas definiciones sobre este término, la mayoría de autores están de acuerdo en que el mismo incluye dos elementos, por una parte, la salud física de los animales y, por otra parte, su estado emocional1.


El primer elemento, la salud física, comprende aspectos, tales como la ausencia de enfermedades y lesiones, una alimentación adecuada y el confort físico y térmico, por su parte, el segundo elemento del bienestar, el estado emocional, supone tanto la ausencia de emociones negativas como la presencia de emociones positivas.


Sin embargo, el estudio de las emociones positivas en los animales está en sus comienzos y, por ello, se hace a menudo menos hincapié en las emociones positivas que en las negativas, resultando, entre estas últimas, especialmente relevantes el dolor, el miedo, el estrés (en aquellos casos en los que la situación estresante sobrepasa la capacidad de adaptación de los animales).


La preocupación por el bienestar de los animales es consecuencia, en buena medida, de que los animales pueden experimentar emociones y, por lo tanto, sufrir, dicha capacidad requiere un cierto desarrollo del sistema nervioso, por lo que no está necesariamente presente en todos los animales.


Aunque sigue existiendo una cierta controversia sobre este punto, la mayoría de autores consideran que todos los vertebrados tienen un sistema nervioso central lo suficientemente desarrollado como para experimentar dolor y otras formas de sufrimiento, esto significa que, además de los mamíferos y las aves, también los peces, los reptiles y los anfibios pueden sufrir.


En cuanto a los invertebrados, el único grupo que supuestamente tiene un desarrollo del sistema nervioso central compatible con la capacidad para sufrir es el de los cefalópodos. No obstante, no puede descartarse en absoluto que, en un futuro próximo, las y los científicos añadan otros grupos de invertebrados a la lista de animales con dicha capacidad2.


Aunado a lo anterior, el comportamiento de los animales está también directamente relacionado con su bienestar, en efecto, existen algunas conductas que parecen ser importantes en sí mismas, al margen de sus consecuencias, las cuales se denominan, en ocasiones, necesidades de comportamiento, mismas que son conductas, cuya motivación depende sobretodo de factores internos y es independiente de sus consecuencias funcionales, haciendo que el animal tenga la necesidad de realizar dichas conductas, en cualquier ambiente.


A pesar de que el concepto de necesidades de comportamiento resulta controvertido, es indudable que la imposibilidad de mostrar algunas conductas tiene consecuencias negativas para los animales, aunado a que hay conductas que contribuyen a la salud o a un estado emocional positivo del animal.


Una de las definiciones de bienestar animal más citadas es la de Broom (1986), según la cual “el bienestar de un individuo es el estado en que se encuentra dicho individuo en relación a sus intentos de afrontar su ambiente”, siendo un elemento clave de esta definición el hecho de que el bienestar está relacionado con la capacidad que tiene el animal de afrontar las posibles dificultades causadas por el ambiente.


Tomando en cuenta lo que he mencionado, es importante señalar que la sociedad debe estar consciente del cuidado mínimo que se les debe dar a los animales, es decir, es importante que se brinde a éstos el sustento necesario, como lo es comida, agua limpia, sombra y resguardo, así como que estén vacunados, esterilizados, entre otros aspectos, por lo que resulta importante que cuenten con3:


  • Alimento: El cual debe ser nutritivo y adecuado, para los animales, bajo el cuidado de las personas, tomando en cuenta sus características y fisionomía;


  • Agua: Los animales necesitan agua potable y disponible, en todo momento. Esto es, especialmente, importante en los Estados en donde se hacen presentes diversas ondas de calor;


  • Identificación: Procurar que los animales siempre lleven consigo una etiqueta de identificación, la cual deberá contener el nombre del animal, su teléfono y su dirección; y


  • Vacunación: De manera general, se busca que los animales, como lo son perros y gatos, reciban la vacuna contra la rabia, una vez cada tres años, sin embargo, también es importante prevenir, a través de las vacunas otro tipo de enfermedades.


No se puede dejar pasar que la vacunación, como rama de la Medicina Preventiva, es una de las armas más eficaces y seguras que tenemos para prevenir enfermedades, tan es así que, cuando se aplica una vacuna, se introduce al cuerpo virus o bacterias, que han sido modificadas, para que no causen enfermedad al organismo, y su función principal es preparar al cuerpo, para que pueda combatir a ese virus o bacteria.


En otras palabras, cuando vacunamos a nuestras mascotas, prevenimos enfermedades infecciosas y conferimos inmunidad (anticuerpos) a un individuo, sin el riesgo y las secuelas de una infección natural, y también ofrecemos beneficios, para la salud de la población, en general4.


Por lo tanto, si un perro entra en contacto, con un agente infeccioso, por ejemplo con parvovirus, y no tiene vacunas, su cuerpo al no tener defensas previas contra este virus es muy probable que desarrolle esta enfermedad, que puede ser mortal, en cambio, si su cuerpo ya conoce a este virus y ya tiene los anticuerpos específicos, tendrá las herramientas para enfrentarse a ella.


Toda vez que son esenciales las vacunas, para mantener a nuestras mascotas sanas, es importante conocer, como personas dueñas de los mismos, cuando se deben de aplicar, en el entendido de que éstas deben ponerse, desde que son cachorros, de las seis a las ocho semanas de vida, encontrándose, dentro de aquéllas, las siguientes5:


  1. Vacuna múltiple: esta vacuna brinda protección contra parvovirus canino, moquillo canino, hepatitis viral canina, leptospirosis, parainfluenza canina y coronavirus canino;


  1. Vacuna de bordetella o traqueobronquitis; y


  1. Vacuna de rabia.


En cuanto a los gatos, el calendario de vacunación inicia de las ocho a las doce semanas de edad, recomendándose aplicar:


  1. Vacuna triple felina, la cual nos brinda inmunidad contra panleucopenia viral felina, calcivirus felino y rinotraqueitis viral felina;


  1. Vacuna de leucemia viral felina; y


  1. Vacuna de rabia.


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