El Informe Oppenheimer / El suéter de Evo Morales

AutorAndrés Oppenheimer

Como muchos, aplaudo el hecho de que Bolivia tenga su primer Presidente indígena. En un país con una población indígena de cerca del 60 por ciento, debería haber existido un Gobierno de mayoría indígena desde hace muchos años. Sin embargo, no creo que desafiar las reglas de etiqueta de la burguesía occidental por sí sólo ayude mucho a Bolivia.

A juzgar por lo que vi en las dos oportunidades en que entrevisté a Morales en años recientes, su discurso de toma de posesión del domingo, y lo que ha hecho en sus primeros días en el poder, me pregunto si su Gobierno ayudará a fortalecer la democracia, garantizar la libertad de prensa, o reducir la pobreza en el país más pobre de Sudamérica.

No hay duda de que Morales tiene muchas cosas a su favor. La comunidad internacional -desde Estados Unidos hasta Cuba- ha prometido su apoyo al nuevo Gobierno.

Y Morales, el líder cocalero que encabezó la mayoría de las protestas callejeras que prácticamente paralizaron a Bolivia y tumbaron a varios de sus Presidentes en los últimos años, será el primer Presidente en mucho tiempo que gozará de un amplio apoyo interno.

Con Morales en el palacio presidencial, en lugar de encabezando las protestas en las calles, Bolivia tiene una oportunidad única de lograr cierta tranquilidad social.

Asimismo, Morales tiene mayoría en las dos cámaras del Congreso, y planes de llevar a cabo una Asamblea Constituyente en agosto para "refundar la nación". Constitucional y políticamente, Morales será el Presidente más poderoso en la historia democrática de Bolivia.

Pero a pesar de algunas declaraciones moderadas durante una gira por Cuba, Venezuela, Brasil y China antes de su toma de posesión, los primeros días del Gobierno de Morales plantean interrogantes sobre si el Gobierno de mayoría en Bolivia será incluyente y enfocado hacia el crecimiento económico, como el de Sudáfrica, o cada vez más autoritario, xenófobo y pobre, como el de Zimbawe.

En su discurso de toma de posesión, Morales culpó a los "extranjeros" del "permanente saqueo" de las materias primas de Bolivia, y declaró que "estamos en la obligación de nacionalizar nuestros recursos naturales" -una receta perfecta para ahuyentar a los inversionistas extranjeros-.

Tal como lo han demostrado China, India, Vietnam, Polonia y muchas otras naciones, los países más exitosos en la lucha contra la pobreza son aquéllos que atraen inversiones, mientras que los que más fracasan son los que ahuyentan los capitales.

En su primer día de...

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