El Informe Oppenheimer / La omisión de Petro

AutorAndrés Oppenheimer

El nuevo Presidente de Colombia, Gustavo Petro, un ex guerrillero del M-19 y ex Alcalde de Bogotá, habló extensamente sobre la reducción de la pobreza y la desigualdad en su discurso inaugural del domingo 7 de agosto. Eso está muy bien, pero en su alocución faltó un concepto indispensable para cumplir esos objetivos: la inversión extranjera.

Petro mencionó 19 veces la palabra "paz" en su discurso de 46 minutos, refiriéndose a su plan para poner fin al conflicto armado con el grupo rebelde ELN, y usó repetidamente los términos "desigualdad", "pobreza" y "cambio climático". Pero no hizo ninguna mención específica sobre como atraer inversiones al país.

Este es un punto ciego en la agenda de Petro, porque Colombia necesitará urgentemente inversiones para hacer crecer su economía y reducir la pobreza.

Para su crédito, Petro se comprometió explícitamente a respetar la Constitución, tratando de disipar los temores de casi 50 por ciento de los colombianos que no votaron por él de que podría tratar de cambiar la Carta Magna para permanecer en el poder indefinidamente. Ese es el mayor temor de la Oposición colombiana, según me dijo el ex Presidente Iván Duque en una entrevista el mes pasado.

Además, Petro se comprometió a convertir a Colombia en un líder mundial en la lucha contra el cambio climático, lo que está muy bien, y pidió "una nueva convención internacional que acepte que la guerra contra las drogas ha fracasado". Si bien eso no es nuevo -el ex Presidente colombiano Juan Manuel Santos ya había presentado un plan similar- merece un aplauso por recordarle al mundo que el narcotráfico no será derrocado a menos que los países ricos reduzcan su insaciable demanda de drogas.

Pero la evidente falta de interés de Petro en atraer inversiones y generar riqueza es preocupante. Eso no sólo se manifestó en su discurso de toma de posesión, sino también en los nombramientos de su Gabinete.

Aunque Petro designó al respetado economista José Antonio Ocampo como su Ministro de Hacienda, hizo otros nombramientos que no van a ayudar a atraer inversores nacionales o extranjeras.

Petro designó a la líder del Partido Comunista Gloria Inés Ramírez como Ministra de Trabajo, así como a Iván Velásquez, un investigador especializado en crímenes cometidos por paramilitares de extrema derecha, como Ministro de Defensa. También es revelador que Petro haya designado a Álvaro Leyva, de 79 años, un veterano negociador con las guerrillas de...

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