EL INFORME OPPENHEIMER / El ocaso de la guerra contra la mariguana

AutorAndrés Oppenheimer

La decisión de Estados Unidos de no desafiar en las cortes los planes de los estados de Washington y Colorado de legalizar la mariguana convierte la política de drogas estadounidense en un caso de manual de hipocresía política: ¿Cómo puede el Gobierno de Estados Unidos seguir luchando contra la legalización de la droga en el exterior, cuando le está dando luz verde en su propia casa?

La semana pasada, el Departamento de Justicia emitió una resolución en la que dice a los fiscales que no interfieran con los dos estados que han aprobado leyes que autorizan el uso recreativo y la venta de mariguana a partir de principios del año próximo. La resolución ha sido aplaudida por las fuerzas pro legalización, que la consideran histórica, ya que la mariguana sigue siendo una droga ilegal según la ley federal de Estados Unidos.

En su memorándum del 29 de agosto, el Departamento de Justicia dijo a los fiscales que no cuestionen las leyes de legalización de la mariguana de los dos estados siempre y cuando ambos gobiernos estatales impongan un sistema regulatorio estricto que prohíba, entre otras cosas, la venta de mariguana a menores, el cultivo de mariguana en tierras públicas y su exportación a otros estados que no la han legalizado.

"Esto coloca a Estados Unidos en una posición incómoda", dice John Walsh, un experto en drogas de la Oficina de Washington sobre Latinoamérica, un grupo que apoya la legalización de la mariguana. "Estados Unidos está implementando en su casa una política muy diferente de la que recomienda a otros países".

La decisión del Departamento de Justicia probablemente tendrá un gran impacto en Latinoamérica, donde muchos países están debatiendo sus propias leyes de legalización.

En Uruguay, la Cámara de Diputados ya ha aprobado un proyecto de legalización respaldado por el Gobierno, que ahora probablemente será aprobado más fácilmente por el Senado antes de fin de año.

En México, donde más de 50 mil personas han muerto durante los últimos seis años en la guerra contra las drogas apoyada por Estados Unidos, los partidarios de la legalización en el Congreso tendrán argumentos adicionales para respaldar un cambio de rumbo. ¿Por qué seguir perdiendo vidas y gastando fortunas para combatir la mariguana cuando ni el propio Gobierno estadounidense lo está haciendo?, preguntarán.

México es, sin dudas, el mayor exportador de mariguana a Estados Unidos, y probablemente será el país en que la resolución del Departamento de Justicia tendrá un...

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