EL INFORME OPPENHEIMER / Obama y América Latina

AutorAndrés Oppenheimer

Obama no puede ser considerado un experto en Latinoamérica. Nunca ha estado en la región, según me dijo el año pasado en una entrevista.

Y cuando le pregunté quiénes son los tres líderes latinoamericanos que más respeta, le tomó un rato escanear su disco duro mental y contestar: "La Presidenta de Chile", a quien correctamente identificó como mujer, pero cuyo nombre no pudo mencionar.

No le pregunté sobre los otros dos Mandatarios.

Obama fue rápido en agregar, sin embargo, que "mi interés y compromiso con Latinoamérica se ha estado desarrollando desde hace mucho tiempo", y que visitaría México después de ganar la nominación de su partido, antes de las elecciones de noviembre.

En comparación, su rival demócrata, la senadora Hillary Clinton, visitó Latinoamérica 18 veces, y, si bien no aprendió demasiado sobre la región en esa oportunidad, pasó su luna de miel en Acapulco, según me dicen sus portavoces.

Y el probable candidato republicano, el senador John McCain, ha realizado docenas de viajes a la región, según sus colaboradores.

Pero Obama y su equipo dicen que es el candidato que más rápido mejoraría las relaciones entre Estados Unidos y América Latina.

Anthony Lake, uno de los principales asesores de Obama y ex director del Consejo de Seguridad Nacional en la Casa Blanca de Bill Clinton, me dijo en una entrevista telefónica que "el acto del pueblo estadounidense al elegir a Barack Obama no sólo implicaría presentar un nuevo rostro al mundo, sino que también sería una manifestación de que el pueblo estadounidense está a favor del cambio. Ése es un paso esencial para renovar el liderazgo estadounidense en el mundo".

Ante la pregunta de en qué difieren las políticas de Obama para Latinoamérica de las propuestas por la senadora Clinton, los asesores de Obama señalaron varias diferencias:

· Obama y Clinton estuvieron en desacuerdo en varios debates en cuanto a si se reunirían sin prerrequisitos con adversarios de Estados Unidos como Fidel Castro y Hugo Chávez. El dijo que sí, ella que no.

Los asesores de política exterior de Obama dicen que su respuesta es "una posición de principios", más que una propuesta de sentarse a la mesa con ellos bajo cualquier circunstancia.

Los asesores de la senadora Clinton atribuyen la postura de Obama a la falta de experiencia: argumentan que reunirse con adversarios sin una agenda previa es exponerse a ser usado por ellos para sus propios fines propagandísticos.

· Con respecto a Cuba, ni Obama ni Hillary...

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