El Informe Oppenheimer / El mutismo de Hillary Clinton

AutorAndrés Oppenheimer

Como una de las muchas víctimas de la aversión de Hillary Clinton a la prensa, no me sorprendió que su campaña ocultara durante dos días que le habían diagnosticado neumonía, y que sólo lo revelara después de que la candidata fue filmada tambaleándose mientras trataba de entrar a un vehículo.

La afición de Clinton al silencio ha sido durante mucho tiempo un secreto a voces entre los periodistas, lo mismo que su renuencia a dar conferencias de prensa. Clinton dio su primera conferencia de prensa formal en más de nueve meses el 8 de septiembre, y duró menos de 20 minutos.

Lo que es mucho más sorprendente es por qué la campaña de Clinton todavía no la ha convencido de que sea más abierta con los medios, y ponga fin a las teorías conspirativas de Trump. Increíblemente, la campaña de Clinton ha permitido que Trump se presente a sí mismo como un paladín de la transparencia, cuando la realidad es que él es mucho menos transparente que ella (regresaré al tema en un momento).

Como bien lo dijo David Axelrod, ex estratega de campaña de Obama, "los antibióticos pueden curar la neumonía. ¿Cuál es la cura para una afición poco saludable por la privacidad que crea constantemente problemas innecesarios?"

Es difícil comprender por qué Clinton se rodea en un manto de silencio, y trata de evitar a la prensa. Al igual que muchos otros periodistas, he estado solicitando una entrevista con ella durante más de un año, sin resultando alguno. A estas alturas de su campaña en el 2008, el Presidente Obama me había concedido dos entrevistas, y luego me dio una tercera ya como Presidente en el 2011.

Al preguntársele al respecto, Jorge Silva, portavoz de la campaña de Clinton, me dijo que la candidata ha dado más de 300 entrevistas este año, y que "la estrategia de la campaña ha sido enfocarse en los medios locales, y hablar sobre temas locales".

Puede que así sea, pero eso no explica la renuencia de Clinton a hablar sobre temas de mayor alcance. Luego de ocho años en la Casa Blanca como Primera Dama, cuatro años como senadora federal y otros cuatro como Secretaria de Estado, Clinton tiene más experiencia en temas de política doméstica e internacional que probablemente nadie.

Una posible explicación de la aversión de Clinton a la prensa es...

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