El Informe Oppenheimer / El Milagro de Kirchner

AutorAndrés Oppenheimer

En agudo contraste con el 70 por ciento de popularidad que goza Kirchner en Argentina, donde se le aplaude por haber sacado al país del abismo y hacer crecer la economía un 7 por ciento este año, la imagen del Presidente argentino está sufriendo un deterioro en círculos de política exterior y empresariales de Estados Unidos.

Kirchner, que asumió el poder hace seis meses, tuvo un encuentro exitoso con el Presidente Bush en Washington en julio. Tras el encuentro, Bush le dio un inusual apoyo a Kirchner en sus demandas de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) le dé concesiones sin precendentes a Argentina, que había suspendido los pagos de su deuda externa de 141 mil millones en el 2001.

Sin embargo, varias medidas de Argentina cayeron como un balde de agua fría en círculos de política exterior de Estados Unidos en los meses siguientes.

Entre otras cosas, Kirchner decidió pedir un voto legislativo sobre ejercicios militares conjuntos con Estados Unidos, lo que de hecho implicó una suspensión del programa, y recibió en la Casa Rosada a Hebe de Bonafini, la peculiar dirigente de derechos humanos que aplaudió los atentados terroristas contra Estados Unidos del 11 de septiembre del 2001.

Asimismo, el Canciller argentino Rafael Bielsa realizó una muy publicitada visita oficial a Cuba en la que rehusó entrevistarse con la oposición democrática de la isla, a pesar de que el dictador cubano Fidel Castro había recibido un podio público para hablarle a miles de simpatizantes en un lugar céntrico de Buenos Aires pocos meses antes.

"No hay duda de que, tanto en círculos oficiales como no oficiales, en Estados Unidos hay una gran desilusión con el hecho que las relaciones bilaterales no se han movido en una dirección positiva", dice Manuel Rocha, el ex Embajador interino de Estados Unidos en Argentina entre 1997 y 2000. "Pareciera ser que el Gobierno de Argentina no ha apreciado del todo la mano extendida que le ofreció Washington (con el FMI)".

Miguel Díaz, del influyente Centro de Estudios Estratégicos Internacionales de Washington D.C. (CSIS), coincide en que a pesar de la ayuda de Bush ante el FMI, el buen clima inicial en las relaciones Bush-Kirchner "ha sido erosionado por gestos de la Argentina que sin lugar a dudas son hostiles hacia Estados Unidos".

En círculos empresariales de Nueva York, las críticas a Kirchner son cada vez más fuertes.

"Argentina está viviendo una fantasía", escribió recientemente Alan Stoga, vice-presidente de la Américas...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR