El Informe Oppenheimer / La farsa del muro fronterizo

AutorAndrés Oppenheimer

La semana pasada, el líder republicano en el Senado decidió hacer a un lado la propuesta previa de Bush de hacer una reforma inmigratoria integral, que incluiría tanto los controles fronterizos como la regularización de los trabajadores indocumentados.

En cambio, el liderazgo del Senado decidió someter a votación un proyecto de ley alocado que ya había sido aprobado por la Cámara de Representantes, y que propone crear un muro de 700 millas en la frontera con México.

El liderazgo republicano está presentando este proyecto de ley en momentos en que las encuestas muestran que su partido podría perder una o las dos cámaras en las elecciones de noviembre.

Según sus críticos, los republicanos desesperados por demostrar que están haciendo algo -no importa qué- para frenar la ola de inmigración ilegal.

Antes de entrar a analizar por qué el muro sería un monumental desperdicio de dinero -se estima que costaría hasta $7,000 millones- que sólo serviría para aplacar a comentaristas hispano-fóbicos como Lou Dobbs de CNN o el populista republicano Pat Buchanan, veamos en que estado se encuentra el proyecto de ley.

La moción para que el proyecto pase a votación fue aprobada por 94-0, porque los demócratas no quisieron ser vistos a pocas semanas de las elecciones como oponiéndose a medidas para detener la inmigración ilegal.

Y Bush le dijo a CNN que si la iniciativa del muro es aprobada, "yo firmaré el decreto correspondiente. Lo veo como un paso provisional".

Los funcionarios de la Casa Blanca afirman que el Presidente no está renunciando a su propuesta inmigratoria integral, sino que está siguiendo una nueva estrategia.

Según ellos, al firmar el decreto del muro fronterizo, Bush permitiría que los líderes republicanos en el Congreso puedan decir que han hecho algo para detener la inmigración ilegal, lo que entonces les permitiría aprobar la legislación para regularizar el estatus de los inmigrante indocumentados una vez pasadas las elecciones de noviembre.

Eso es un absurdo, me dijo Frank Sharry, el director ejecutivo del Foro Nacional de Inmigración, un grupo de defensa de los inmigrantes.

"De hecho, va a empeorar las cosas: es como darle un trago a un alcohólico, pensado que después de un trago va a entrar en razón".

Quienes exigen hacer algo para detener el flujo migratorio tienen razón en decir que ya hay unos 12 millones de indocumentados en el país, y que la situación ha llegado a un punto crítico.

Sin embargo, el muro fronterizo no haría más que...

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