El Informe Oppenheimer / El chavismo contra las cuerdas

AutorAndrés Oppenheimer

A juzgar por su comportamiento pasado, es probable que el Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, intente varias triquiñuelas -como sobornar o inhabilitar a algunos legisladores opositores- para disminuir la supermayoría opositora en la recién electa Asamblea Nacional.

Pero hay tres grandes razones por las que probablemente no logrará anular los poderes del nuevo Parlamento.

En primer lugar, la victoria de la coalición opositora fue tan aplastante que Maduro se enfrentaría a una explosión social si no reconoce los derechos de la nueva Asamblea Nacional.

A pesar de competir con todas las reglas electorales en contra, la Oposición ganó 112 de los 167 escaños de la Asamblea Nacional, una mayoría de dos tercios que le permite convocar a un referéndum nacional que podría conducir a la destitución de Maduro.

Irónicamente, el régimen chavista cayó en su propia trampa: había impuesto reglas electorales que beneficiaban enormemente a los distritos oficialistas, dándoles mucha mayor representación en el Congreso que a estados con mayoría opositora.

Gracias a este sistema, el Gobierno chavista había ganado una mayoría en la Asamblea Nacional a pesar de haber perdido el voto popular en 2010.

Pero esta vez, al Gobierno le salió el tiro por la culata, porque la Oposición arrasó en 20 distritos que eran tradicionalmente chavistas, lo que le permitió a la coalición opositora ganar el 67 por ciento de las bancas de la Asamblea Nacional con tan solo un 56 por ciento del voto popular.

El diputado opositor Julio Borges -que está entre los principales candidatos a ser presidente de la nueva Asamblea Nacional- me dijo en una entrevista que el tamaño de la victoria opositora hará casi imposible para el Gobierno desconocer la autoridad del nuevo congreso.

"Fue una especie de terremoto", me dijo Borges.

"El Gobierno no podrá desconocer esta victoria, no solo porque ganamos dos tercios del Parlamento, sino también por el hecho de que, por un margen de 2.5 millones de votos, la población pidió un cambio total en Venezuela".

La segunda razón por la cual Maduro tendrá dificultades para restringir los poderes de la Asamblea Nacional es que, esta vez, no va a tener el apoyo automático de los países más grandes de América Latina.

En el pasado, cuando Chávez y Maduro abusaban de los poderes públicos para quitarle espacios a la Oposición, Brasil, Argentina y otros países de la región miraban para otro lado.

Pero ahora, el nuevo...

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