El Informe Oppenheimer / La bonanza petrolera

AutorAndrés Oppenheimer

Bueno, probablemente no sea para tanto. Les hice estas preguntas a algunos de los principales economistas de la región, y el consenso entre ellos es que los precios récord actuales de alrededor de 40 dólares por barril no harán una enorme diferencia económica en América Latina.

Si los precios del petróleo no siguen subiendo -por ejemplo, a más de 50 dólares por barril- se espera que la región aún crezca un 4 por ciento este año, tal como las mayores instituciones financieras internacionales habían pronosticado anteriormente.

José Luis Machinea, el secretario general de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (CEPAL), me dijo en una entrevista telefónica desde Santiago, Chile, que el aumento en los precios del crudo "probablemente no tendrá un gran impacto negativo" en la región.

Puede que afecte a algunas de las naciones importadoras de petróleo, "pero no creo que cause una baja de más de medio punto en el producto bruto de cualquiera de estas economías", dijo.

Los importadores netos de petróleo como Chile, Uruguay y Paraguay, probablemente compensarán sus mayores gastos de importación de petróleo con mayores exportaciones de sus productos industriales y agropecuarios a Estados Unidos y Europa, cuyas economías están creciendo rápidamente, señaló. Entre los importadores netos del crudo, sólo Cuba podría sufrir un daño económico de importancia porque -a pesar de los embarques de petróleo subsidiados que recibe de Venezuela- sus exportaciones al mundo industrializado son mínimas, señalan los economistas.

México se beneficia, obviamente, en lo que hace a sus ingresos petroleros, pero puede perder a la larga si los precios petroleros suben aun más, y se desacelera la economía de Estados Unidos, el principal comprador de productos mexicanos.

Otra consecuencia colateral del aumento de los precios del petróleo que podría tener un mayor impacto en América Latina es la posibilidad de que haga subir los costos de transporte, aumente los precios al consumidor, y haga subir la inflación.

Eso haría subir las tasas de interés de Estados Unidos y afectaría a los países más endeudados de Latinoamérica, ya que los pagos de sus deudas externas están a menudo indexados a las tasas de interés internacionales.

Brasil es uno de los países que más preocupa a los economistas, entre otras cosas porque es la economía más grande de la región, y una de las más expuestas. Si suben mucho los intereses en Estados Unidos, "habrá que ver...

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