El Informe Oppenheimer/ Fox y la 'Doctrina Castañeda'

AutorAndrés Oppenheimer

Es muy pronto para afirmarlo, pero la renuncia de Castañeda y su reemplazo por el ex Secretario de Economía Luis Ernesto Derbez podría debilitar lo que ha sido uno de los mayores logros del Gobierno del Presidente Vicente Fox: terminar con el viejo nacionalismo a ultranza, y convertir a México en uno de los actores más influyentes de la diplomacia hemisférica.

Castañeda sacudió la política exterior mexicana, convirtiéndola en más proactiva, más pragmática, y más prodemocrática. En otras palabras, la adecuó al cambio democrático que tuvo lugar en México tras la victoria en el 2000 del primer Presidente surgido de la oposición en más de siete décadas.

En el pasado, la política exterior de México era pasiva, y defensiva: se escudaba detrás de una supuesta defensa de la "soberanía nacional" para ignorar las normas de defensa colectiva de la democracia y los derechos humanos surgidas después de la Segunda Guerra Mundial.

Los Gobiernos mexicanos se negaban a condenar las violaciones a los derechos humanos y civiles en Cuba, Iraq o la ex Unión Soviética, porque temían establecer un precedente que pudiera permitir a la comunidad internacional exigir que México respetara esos mismos derechos.

Castañeda invitó a los grupos internacionales proderechos humanos a establecerse en México, y apoyó demandas internacionales para que Cuba y otros regímenes totalitarios respeten los derechos humanos. Como era de esperar, la vieja guardia de la izquierda y el nacionalismo mexicano inmediatamente tildaron a Castañeda de proamericano, y lo trataron de pintar como un lacayo de Washington.

De hecho, Castañeda redefinió el nacionalismo mexicano, y quizás el latinoamericano, en una conferencia el 18 de noviembre pasado, donde expuso lo que algunos ya denominan "la doctrina Castañeda". Dijo que el nacionalismo y el antiamericanismo tenían sentido en los siglos 19 y 20, pero que ya no son viables en un mundo globalizado, donde los países dependen más que nunca del comercio internacional, las comunicaciones, y también la migración transnacional.

Ser antiamericano en un país como México, que depende de Estados Unidos para el 90 por ciento de su comercio, "crea una esquizofrenia nacional brutal", señaló.

En vez de "ser nacionalistas", los mexicanos deberían defender sus intereses nacionales, lo que es muy diferente: supone a veces oponerse a Washington, y otras veces apoyarlo, pero sin dejar que un antiamericanismo a priori influya en decisiones que sólo deben ser tomadas...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR