Inflación de las tienditas, la otra realidad económica

CIUDAD DE MÉXICO, marzo 2 (EL ECONOMISTA.ES/EL UNIVERSAL).- En 2017, los precios de bienes y servicios en México mostraron su mayor incremento en más de 16 años. Alzas en las gasolinas, gas LP, productos agrícolas y el efecto de la depreciación del peso frente al dólar, entre otros factores, dejaron a más de un millón 800 mil mexicanos sin los recursos suficientes para adquirir los productos de la canasta básica. Para los pequeños comerciantes, esta situación también significa bajas en sus ingresos y ventas que ponen en peligro la continuidad de sus negocios.

En México, de acuerdo con la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), existen más de un millón de tienditas de abarrotes de las que dependen 5 millones de personas. Este sector enfrenta la inflación acompañada de la especulación en precios y problemáticas sociales como burocracia, extorsión y violencia que penetra las colonias donde se ubican.

Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Anpec, compartió con EconomíaHoy.mx que los dueños de las tiendas de abarrotes ven con desesperación los incrementos en productos agrícolas, como el jitomate, tomate, chiles y granos. Precisamente, insumos que forman parte de la dieta diaria de sus clientes. Adicionalmente, sostiene, los pequeños comerciantes no tienen la capacidad de soportar algunos incrementos, debido a que ahora pagan más en sus facturas de luz, pasajes y gasolinas, según el caso.

La asociación realizó un sondeo en distintas ciudades de siete estados del país, con la finalidad de dar seguimiento al incremento de los precios. Quieren medir su propia inflación, aquella con los bienes más demandados por sus clientes y la que refleja los incrementos de precios influenciados por los traslados de sus productos, la especulación en torno a la depreciación del peso y hasta de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Su muestreo refleja incrementos en el kilo de jitomate en tiendas de Tlaxcala de los 12 pesos el kilogramo en diciembre a 18 pesos en enero pasado; Inegi, en el mismo periodo y localidad, muestra alzas que van de los 12 a 22.50 pesos el kilo. El punto es que los socios de la Anpec comercializan con personas que, a veces, no perciben un salario mínimo diario de 83 pesos.

"La presión inflacionaria está llegando a lo que el mexicano come: a las papas, cebolla, chile, esto es preocupante (...) hay productos de los que se puede prescindir, pero de alimentos de la dieta diaria, no", manifestó.

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