Infanticidio a plazos

La Policía chilena encontró ayer tres nuevos cadáveres de los siete lactantes asesinados por sus padres a medida que nacían entre 1992 y 2002.

Los progenitores de los pequeños confesaron en la semana haber cometido el filicidio agobiados por una pobreza que les impedía mantener a una familia numerosa.

Los cuerpos de estos tres recién nacidos, que se suman a otros dos encontrados el jueves, fueron sumergidos en un pozo séptico ubicado en el patio de la casa donde vivía la pareja, que confesó voluntariamente el delito.

Los otros dos niños, de acuerdo con la propia versión de los padres, estarían enterrados en el balneario de San Sebastián, en la costa central chilena.

Ramón Pardo, de 45 años, y Carmen López, de 25, detallaron durante su confesión que fueron ahogando a los niños a medida que iban naciendo...

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