La Industria del Secuestro: Los Negociadores
| Autor | Antonio Trejo y Doris Gómora |
Desde hace ocho años operan en México, respaldados por su prestigio internacional. Ofrecen a sus clientes un trato profesional y una efectividad del 95 por ciento. Llegaron para quedarse. Al paso del tiempo, las firmas trasnacionales especializadas en la prevención y negociación de los secuestros han crecido, en la misma magnitud que ese delito.
Opción bajo contrato, estas empresas recorren todas las aristas del problema: evalúan las demandas del secuestrador -y en algunos casos-, negocian el monto del rescate, pactan las condiciones de liberación y rehabilitan emocionalmente a la víctima. Todo un paquete integral de servicios a la medida de cada cliente, por una tarifa que puede alcanzar 3 mil dólares por hora de trabajo.
Según cifras de la Unidad Especial contra la Delincuencia Organizada (UEDO), en el 2001 se denunciaron 732 secuestros en el país, es decir, un plagio cada 12 horas. En Latinoamérica México ocupa ya el segundo lugar en este delito, desplazó a Brasil y está sólo un lugar por debajo de Colombia. Al igual que las compañías de seguridad privada y las fábricas de blindaje de automóviles, el periodo de bonanza para compañías como Kroll y Control Risks Group inició en México desde 1994, cuando la Procuraduría General de la República admitió que se habían cometido mil 400 secuestros, cifra que triplicaba el índice de los cuatro años anteriores.
En la primavera de ese año, Kroll, empresa estadounidense con sede en Nueva York, concluyó que el creciente clima de inseguridad en México representaba una oportunidad para ofrecer su experiencia de 30 años en el manejo y solución de secuestros. El inicio de sus operaciones en el país coincide con el rapto del banquero Alfredo Harp Helú, por el que se pagó el rescate más alto de toda la historia: 30 millones de dólares.
Napolitano precisó que en la década de los setenta, los secuestros en México eran con fines políticos. Entre 1980 y 1994, cambiaron hacia la delincuencia común "que comenzó a tener apoyos policiales en ese momento y se profesionalizó".
Desde ese año, detalló, surgieron grupos organizados que tenían capacitación para planificar los secuestros de tal forma que la víctima era vigilada durante varios días hasta establecer exactamente cuándo se podía perpetrar el rapto e incluso definir el monto de rescate que se pediría.
Posteriormente empezaron a surgir otros grupos más improvisados donde la víctima no era tan estudiada y se secuestraba por oportunidad.
Según Napolitano, director de riesgos de Kroll en México, entre 1997 y 1999 se dio una curva muy importante de ascenso en secuestro, después por las acciones tomadas por el gobierno disminuyó y se desintegraron algunas bandas.
"¿Pero qué pasa cuando no hay acciones que trasciendan los hechos? Obviamente el ciclo vuelve a generarse. Estamos en la etapa del ciclo donde nuevamente está repuntando el secuestro y éste se encuentra en manos de la delincuencia", agregó.
La recesión de Estados Unidos que está afectado a México pudiera estar provocando...
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