La India lo puede muy pagar caro

NUEVA DELHI (AFP).-India podría pagar caro, desde un punto de vista político, el hecho de haber liberado a tres militantes islamistas a cambio de la vida de los 160 rehenes amenazados por aeropiratas durante ocho días.

El Gobierno del Primer Ministro Atal Behari Vajpayee y su partido, el BJP, se presentó siempre como el abanderado de la lucha antiterrorista y criticó a los Gobiernos precedentes por haber cedido a la violencia.

La liberación de estos tres militantes, hasta ahora encarcelados en la región de Cachemira, donde luchaban contra la presencia india, dio al traste con esta pretensión.

"Se trata de un serio revés para el BJP, porque sus líderes siempre se definieron como los únicos capaces de terminar con el terrorismo gracias a la firmeza", opinó un analista político de Nueva Delhi.

La Oposición india, aún sacudida por su derrota en las elecciones de sepetiembre-octubre, reaccionó acusando con rapidez al Gobierno de haber descuidado los intereses del país a largo plazo.

Uno de los tres militantes es un religioso sunita, arrestado en 1994 en la zona india de Cachemira y del que se sospecha que fue uno de los principales instigadores de la lucha armada en la región del norte indio.

India combate, desde hace 10 años, una insurrección musulmana en Cachemira, territorio montañoso de mayoría musulmana que se disputan Pakistán e India desde hace medio siglo.

El Primer Ministro intentó limitar los perjuicios subrayando en un discurso a la nación que el Gobierno consiguió liberar a solamente tres detenidos y no a 36 como pedían los cinco aeropiratas.

Más grave aún que el crimen llevado a cabo por los secuestradores del avión es que India corre el peligro de...

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