Impulso y Movimiento/ La danza es la danza

AutorAlberto Dallal

Literal, expansiva, simbólica o abstracta, toda danza transita del impulso invisible al universo de las expresiones logradas y evidentes; del motor del deseo hasta las sensaciones inmediatas. Un mundo, al/en principio oculto, estalla en estelas, trazos, líneas de acción, proezas, geografías: un discurso espacial. El danzante indígena va más allá: persigue al cosmos, lo establece; sus pasos son, nada menos, planetarios. Remedan persistente y machaconamente el ritmo del origen. Por su parte, la singularidad de raperos y chavos, asiduos del mambo y el danzón, desatada en el espacio urbano, consiste en hacer uso de sus facultades energéticas y extraordinarias: enjambre de versos visuales que se va creando bajo protesta espontánea de vitalidad. En un denso mapa espacial se desata, se hace visible el impulso de la supervivencia (se "sobre-vive" y se hace vida "sobre-la-vida"): los cuerpos circulan sobre el eje de una sola pierna, los hombros se inclinan sobre el vacío, las caídas intempestivas, la cintura desorbitada, los giros en cuclillas... el cuerpo simula una ciudad viva.

En el escenario, el espacio se ha dividido: los oficiantes, frente a los feligreses, se desenvuelven como moléculas en tránsito. Para el espectador, el espejo se hace lupa. Se perciben los bordes de los rostros, las aletas de narices y orejas, la dirección de las miradas, los límites de los cuerpos. Desafío puro: contornos que se pierden en una sustancia oscura. Los bailarines dialogan en el escenario con un ente incorpóreo y se/nos dicen cosas. A veces se mueven como si cargaran objetos inasibles; a veces como si hendieran instrumentos entre velos activos. Sus combinaciones son el infinito: una hilera de tiempos que surgen y se desvanecen entre la luz y la oscuridad. El buen espectador transgrede las reglas establecidas del coreógrafo y percibe la caída de los párpados o el sudor de la mente de una bailarina, o se percata de que hay piedras en el camino de la narración. Comunión de pliegues imprevistos: nadie puede prever el descubrimiento del gozo de la danza porque en el arte dancístico no hay rigores o habilidades pre-establecidos: hay quienes ven animales...

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