Imponen silencio en fosa de Lorca

AutorSilvia Isabel Gámez

Federico García Lorca murió de madrugada, el 18 de agosto de 1936, pidiendo clemencia. "¡Qué cara ponía!", dejó escrito Manuel Luna, uno de sus presuntos ejecutores. "¡Cómo nos reíamos viendo sus gestos y sus muecas!".

De sus últimos momentos, de si fue golpeado o torturado, nada revelarán sus huesos, asegura el antropólogo forense Miguel Botella, salvo en caso de que hubiera sufrido alguna fractura. Podrá saberse cuántos disparos recibió, si lo ejecutaron de frente o por la espalda, y si le dieron el tiro de gracia. Muy probablemente, el biógrafo Ian Gibson podrá también terminar con la duda de si, como afirmó uno de los matarifes de la época, a Lorca le dieron "dos tiros en el culo" por homosexual. "Los orificios de las balas estarían en varios huesos; es una incógnita que se podría resolver".

Con una trayectoria que incluye desde el análisis de los restos de Cristóbal Colón hasta el de víctimas de las dictaduras militares argentina y chilena y los feminicidios en Ciudad Juárez, Botella inició en 2003 la inspección de la fosa de Alfacar. Era el designado para realizar la exhumación hasta que la Junta de Andalucía decidió dejarlo fuera. Su posición chocaba frontalmente con el secretismo decretado por los políticos, ya que era partidario de que la información se diera día con día. En su lugar fue llamado el antropólogo físico Gonzalo J. Trancho, de quien fuentes de la Consejería de Justicia de la Junta alaban su discreción.

La exhumación es dirigida por el arqueólogo del Instituto Andaluz de Geofísica Francisco Carrión, que deberá entregar su informe una vez concluidos los trabajos de la primera fase, el 12 de diciembre. Desde el 29 de octubre, cuando inició la exploración, sólo se ha hallado una "gran piedra" en el lugar donde se encuentran cuatro de las seis fosas que en principio se planeaba excavar.

Que no sea un antropólogo quien esté al frente de los trabajos, alerta Botella, podría causar problemas de identificación. "Si las cuatro personas asesinadas -Lorca, el maestro Dióscoro Galindo y los banderilleros anarquistas Francisco Galadí y Joaquín Arcollas- fueron enterradas una sobre otra, los huesos estarán mezclados, y dado que cada persona tiene 240 huesos, puede haber cerca de mil. Es labor del antropólogo hacer la individualización sobre el terreno, no que lo excaven y después identifique los huesos en el laboratorio".

Obligados por un contrato de confidencialidad, ninguno de los involucrados da detalles de la excavación. Los...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR