El imperio de Pokémon

Todos tienen un "tazo". Por encima de sus diferencias regionales, económicas y educativas, los niños mexicanos se suman a la más reciente fantasía globalizada y cada cual, a su modo, juega las batallas de los 151 "monstruos de bolsillo".

Pokémon les habla a los niños de tener poder, convirtiéndose actualmente en el gran ordenador de su convivencia y en el espacio que les permite crear sus propias reglas. Prohibirlo no sirve, entenderlo es nuestra tarea, resume Frank Viveros Ballesteros, subdirector de la Dirección de Soporte Educativo de la SEP.

Resultados preliminares de un estudio a cargo de la dependencia revelan que la caricatura es en este momento el programa número uno entre los alumnos de primaria y secundaria, en cuyas escuelas la fiebre infantil en torno a esos personajes y sus mensajes se encuentra en apogeo.

México ingresó a mediados de 1999 a este fenómeno mediático, uno de los de mayor popularidad y polémica en el mundo, y que se originó con la afición de un estudiante japonés de electrónica.

Motivo de preocupación en Japón y Estados Unidos, donde el juego de video Pokémon ha generado adicción, la historia creada por el atrapador de insectos de todo tipo se populariza en el país gracias a la serie televisiva, que da lugar a una industria y un mercado negro productores de "tazos", fichas, tapas de refrescos, álbumes, revistas especializadas y reproducciones a escala de cada uno de los nuevos ídolos infantiles.

En una sociedad donde la revolución digital se traduce en un escaso alfabetismo informático y es para la mayoría sólo una promesa de campaña electoral, el entusiasmo en torno a "Pikachu" y sus afines no gira alrededor de las batallas virtuales que en 1996 lanzó al mercado Nintendo, la empresa trasnacional de videogames.

Aquí, donde arriba de un millón y medio de niños entre 6 y 14 años todavía no accede a la escuela, Pokémon logra entusiasmar a través de una versión moderna del "piedra-papel-tijeras".

Por eso, mientras infantes del Primer Mundo emulan al inventor Satoshi Tajiri con la "captura" y "entrenamiento" de dragones, estrellas de mar, roedores, reptiles, vegetales, mamíferos e insectos en sus pequeños monitores portátiles Game Boy, sus homólogos mexicanos se apropian de la colección mediante estampas y cartones en forma de círculo depositados en bolsas de frituras, las mismas que distribuyeron en enero la imagen del Papa Juan Pablo II y que llegan a las más dispersas y marginadas comunidades del país.

Por eso en...

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