El imperio contra las cuerdas

(Embargada para sitios en internet hasta las 01:00 horas locales de este lunes 31 de octubre)Gabriel Guerra Castellanos(Internacionalista)EL UNIVERSALAsediado por todos los flancos, solitario como pocos, abandonado por los suyos y vilipendiado por sus adversarios, Barack Obama tendría razón en preguntarse si no será una mala broma esa de que él es el hombre más poderoso del mundo.Su luna de miel fue intensa como pocas, pero el aterrizaje en la realidad ha sido turbulento y doloroso. Las ovaciones y los reconocimientos internacionales, con un premio Nobel de la Paz para abrir boca, ya son cosa del pasado. La esperanza generada en su propio país ha dado paso al escepticismo, a la decepción de muchos, al odio creciente de quienes nunca lo quisieron desde un principio.Este presidente de los Estados Unidos, que quiso presentarse ante propios y extraños con un ramo de olivo y de conciliación, que procuró alejarse al máximo de los estereotipos del radicalismo y la afirmación racial con que sus contrincantes habían buscado dibujarlo, es hoy tal vez el que mayores niveles de polarización y rechazo visceral provoca hacia adentro de su propio país. Y hacia afuera, su voluntad de enderezar el rumbo impuesto por George W. Bush se ha topado con la cruda realidad. Las guerras no se acaban por decreto ni las injusticias, aun aquellas flagrantes y oprobiosas como la de la cárcel de Guantánamo, son fáciles de corregir y menos de remediar. Lo malo perdura, lo bueno tarda en llegar, si es que llega.Obama llegó a la Casa Blanca a romper paradigmas y poner a prueba un tejido social que ya había soportado años y años de lo que George Packer, en la revista "Foreign Affairs", llama el "contrato roto", el pacto que condujo a EU a ser la superpotencia única y también un modelo, una ilusión, una promesa para muchos. Packer hace una buena reseña de la manera en que los estadounidenses han enfrentado una creciente desigualdad que lleva a la exclusión y/o al rezago de sectores enteros de la población. Entre 1979 y 2006, dice Packer, los estadounidenses más pobres tuvieron un aumento de sus ingresos del 11%. A las clases medias les fue un poco mejor con un 21%, que dividido entre 27 años no es para presumir. Pero claramente las políticas públicas y las grandes decisiones financieras y de negocios en EU apuntaban hacia otro lado. En ese mismo periodo, el 1% más rico vio sus...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR