Impera nepotismo en PJ de Guerrero

AutorJesús Guerrero

CHILPANCINGO.- En el Poder Judicial de Guerrero, todo queda en familia.

Y es que ser esposa, hijo o pariente de un magistrado se ha vuelto garantía para ingresar como juez o algún otro cargo, sin tener la carrera judicial.

Abogados litigantes y trabajadores por años en el Tribunal de Justicia aseguran que el nepotismo y la corrupción en esta instancia ha escalado desde hace 10 años.

El magistrado Julio Jáuregui, por ejemplo, colocó a su esposa Azucena Pineda Guillermo como juez de primera instancia en materia de justicia para adolescentes.

Félix Nava Solís, magistrado de la tercera sala penal, impuso a sus sobrinos Irving y Ever Fernández Nava, además de Carlos Nava Tapia, como juez de juicios orales, oficial administrativo del juzgado penal de Chilpancingo y oficial administrativo en el distrito judicial de Hidalgo, que tiene su sede en Iguala.

Vicente Rodríguez, magistrado de la Primera Sala Penal, tiene a sus dos hijos, Cristian y Alberto Rodríguez, trabajando como jueces.

El ex secretario de Acuerdos del Tribunal, Juan Sánchez Lucas, quien en mayo pasado fue designado magistrado por el Congreso local, a propuesta del Gobernador Héctor Astudillo Flores, impuso a su esposa María Teresa Sánchez como jueza.

Pero también los magistrados en retiro pueden recomendar a sus hijos para que ocupen distintas plazas en el Poder Judicial.

El ex magistrado Eulalio Alfaro Castro colocó, antes de fallecer, a sus tres hijas. Tanya, Mariela y Norma Sany Alfaro Zapata son jueces de control de enjuiciamiento en Chilpancingo, Iguala y Tixtla. Fidel Alfaro, sobrino de Eulalio, es juez civil.

También el ex magistrado y ex presidente del Poder Judicial, Raúl Calvo Sánchez impuso como jueza a su esposa Genésis Hernández Rodríguez.

El dirigente estatal del Frente Nacional de abogados Democráticos (FNAD), Carlos Marx Barbosa Guzmán, aseguró que muchos de los jueces que tienen un cargo por recomendación, no están capacitados para cumplir su función de impartir justicia.

Barbosa citó el caso de la juez mixto de primera instancia de Tixtla, Norma Sany Alfaro Zapata, hija del ex magistrado Eulalio Alfaro, a quien acusó de alterar una formalidad procesal que ha derivado en el retraso de más de tres años de un juicio en materia familiar.

"El problema es que cuando un magistrado mete a un familiar como juez, sin que tenga la preparación, la antigüedad y perfil, es normal que incurran en este tipo de irregularidades, como lo hace esta funcionaria judicial", sostuvo.

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