'Soy impaciente con mis dibujos'

AutorJorge Ricardo

Algunos, los que apenas tienen unos cuantos trazos, que dada la calidad del autor no son unos simples trazos, son los que llegaron al lienzo. Y otros, más terminados, con sombras, escenas y personajes secundarios, de los que podría decirse que sólo les falta la pintura, difícilmente se convirtieron en una obra. Daniel Lezama (DF, 1968) no encuentra razón en dedicarle mucho tiempo a un boceto.

"Soy muy impaciente con el dibujo, prefiero darle mis esfuerzos y mis ganas a la pintura, así que generalmente sólo hago un boceto sencillo, sin racionalizarlo mucho, para no echarlo a perder. A veces lo trabajo tanto que termino por no pasarlo a la pintura, es como si me diera flojera después o que definitivamente no pude resolverlo". Aun así, rescató 40 que Mantarraya Ediciones ha puesto a la venta en un cuadernillo titulado Cuaderno de bocetos de Daniel Lezama.

Se trata casi de un ejercicio de espionaje, dice el editor, Antonio Calera-Grobet: "Estamos metiéndonos al cerebro de Lezama". El libro le emociona. No sólo porque es el primer compendio de bocetos del pintor, también porque Lezama capaz de mezclar en un lienzo lo mismo a Juan Gabriel que a la Virgen de Guadalupe que a una multitud desnuda. "Tal vez no existe otro pintor en México que componga más una imagen", dice Calera-Grobet.

Lezama tiene una opinión más contenida: "Hay un asomarse en términos de cómo se crean las imágenes, pero quien quiera ver el proceso completo en que se crea un cuadro, va a salir un poco decepcionado". Añade: "Es como ver un parto: no ves todo el proceso".

Parte del "proceso Lezama" es el siguiente: Lezama tiene una idea, una imagen que no es muy clara, como bruma, y hace un boceto para que no se olvide. "El dibujo es una manera de ordenar lo que nace sin forma, pero con poder", dice. Luego se desespera. Pulir un dibujo le es tan absurdo como un mecánico que se pone a arreglar una patineta. Entonces pasa a la pintura. "A veces ni siquiera me acabo de enterar cómo es la escena cuando ya terminé de pintar el cuadro, mi trabajo siempre tiene elementos incontrolables".

Una de sus obras más conocidas, La gran noche mexicana (Juan Gabriel, con un mariachi y media docena de mujeres desnudas), la terminó con varios bocetos. Dice: "yo tenía la escena pero fue muy difícil resolver el primer plano (ahí sí, tallo y tallo los bocetos) y fue hasta el final que puse el carrito de hot dogs con un nombre 'Hasta que te conocí', la canción de Juan Gabriel, fue como cerrar el discurso o...

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