Imaginario de la literatura / Memorias de un Principito
| Autor | Guadalupe Loaeza |
Aunque ya cumplí 63 años, sigo siendo un niño que le habla a todos los niños del mundo, sobre todo en esta época. No hay Noel, "Navidad" dicen ustedes, en que muchos niños y niñas del planeta no reciban un libro con mi historia. Mi historia es muy bonita y la escribió un hombre que hace más de 60 años cayó del cielo con su avión. El piloto Antoine de Saint-Exupéry llevaba una misión muy importante a Grenoble. Como el mío, su destino fue levantar el vuelo para no regresar jamás. He de decirles que la desaparición de mi creador sigue siendo un misterio. Antes de hablar de mí, quisiera hablar del piloto, poeta y escritor. Saint-Exupéry era un soñador, un romántico, un excelente amigo, ateo, patriota, matemático, ingeniero, filósofo, profundamente culto y fantasioso; ah, y le fascinaban las mujeres...
Como les decía, su desaparición todavía es un misterio. Existen dos hipótesis: la primera consiste en que su avioneta fue tiroteada por los alemanes y que cayó en el Mediterráneo. La segunda, evocada por el General Gavoille, consiste en que seguramente sucedió lo que antes ya le había pasado, olvidó conectar su máscara al oxígeno. Tal vez se mareó y perdió el control del avión.
Nada más de acordarme de Saint-Exupéry se me hace un nudo en la garganta. Él era originario de una vieja familia de Lyon. Huérfano de padre a los 9 años, fue enviado a un colegio jesuita. Seguramente la muerte de su padre y el rigor con que fue educado hicieron que se sintiera siempre desubicado. Su tempranísima vocación literaria se acompañaba de una imperiosa necesidad de reconocimiento. Después de haber estudiado en el Liceo de San Luis, se inscribe en la sección de arquitectura en Bellas Artes. Hace su servicio militar en Estrasburgo y es enviado a Casablanca. A partir de 1921, le surge un profundo amor por la aviación. Con el tiempo, se volvió un experto en vuelos difíciles. Comenzó entonces a ganarse la vida trabajando al servicio de la compañía Aeropostal. Después de haber publicado Correo del Sur y Piloto de guerra, en 1931, sale a la luz pública Vuelo nocturno, novela con la que obtiene el Premio Femina. El libro causa también un escándalo "político-financiero". La presión es tan fuerte, que se crea la compañía Air France; sin embargo, Saint-Exupéry se solidariza con los antiguos propietarios de Aeropostal, empresa de correos más importante de Francia. Pero este gesto no nada más le provoca el desempleo, sino la pérdida de ingresos considerables.
En 1940, se va a...
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