Imaginario de la literatura / Confieso que he leído...

AutorGuadalupe Loaeza

Hace cerca de cuatro años, vino a mi oficina un señor muy amable, de nombre Jaime Mor, para proponerme escribir un libro acerca del fenómeno editorial de la revista ¡HOLA! Al escuchar su proposición no sabía si llorar o reír. No sabía si ésta era ofensiva, o al contrario, sumamente halagadora. Como en esos momentos la autora llevaba a cuestas, para variar, una montaña de deudas, dijo que sí, que claro, que faltaba más, que estaba encantada, que contaran con ella, etcétera. Pero nada más despedirse del amable Sr. Mor y cerrar la puerta, se sintió víctima de una serie interminable de dudas: "Pero, ¿cómo puede escribirse un libro sobre esa revista que nada más habla de las princesas y de los ricos y famosos? ¿Cómo escribir un libro a propósito de los happy few si hay tanta y tanta gente que vive en la miseria y que ni tiene idea de la existencia de esa publicación? No, no puedo. Claro, por otro lado, podría ser interesante. El ensayo podría ir enfocado alrededor de los Siete Pecados Capitales, todos cometidos por los personajes que semana a semana aparecen en sus páginas. Pero, qué complicado... Escribirlo, ¿acaso no sería una manera de mostrar una vez más mi espantosa frivolidad? No, no puedo", me repetía una y otra vez.

Finalmente, el monto de mis deudas de aquellos días me lanzaron de cabeza a lo que ¡HOLA! denomina como la "Espuma de la Vida", me lanzaron de cabeza a las piscinas de los ricos, a los palacios de los príncipes y, por último, me estaban lanzando de cabeza a un mundo raro en donde a pesar de estar en el siglo 21 aún había reyes, reinas, condes y duquesas dueñas de casi toda España, como es el caso de la Duquesa de Alva.

Ni tarda ni perezosa, esa misma tarde me lancé a todas las librerías de viejo del Centro Histórico y como loquita caminaba por las calles gritando: "¡Compro revistas viejas del ¡HOLA!! Compro todas las revistas del corazón que se hayan publicado desde el siglo 19! ¡Y compro viejos títulos de nobleza, testamentos millonarios, coronas, capas de armiño, anillos con escudos nobiliarios pero, sobre todo, todos los números de las seis décadas, tiempo en que se ha estado publicando el ¡HOLA!!".

Fue así que descubrí, por ejemplo, una vieja crónica que escribiera Carlos Monsivaís, titulada La pareja que leía el ¡HOLA!. Y que en uno de sus fragmentos dice:

"La verdad, jamás supuse que Teresa y José Ignacio quisiesen tratarse. En seis años de ocupar escritorios contiguos, jamás les escuché un diálogo de más de cinco...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR