De ilegal a protagonista de cine

AutorDalila Carreño

Enviada

ALMOLOYA, Hidalgo.- Ser protagonista de una película supone una vida llena de privilegios; sin embargo, no todo ha sido tan sencillo para él, ya que, además de haber sido humillado en el aeropuerto de Niza cuando se dirigía al Festival de Cine de Cannes, ha vivido las desventuras de cruzar ilegalmente la frontera con Estados Unidos.

Se trata de Rubén Sosa, cuya vida dio un giro inesperado cuando trabajaba en el ramo de la construcción en California, donde prácticamente fue interceptado en la calle por una integrante del equipo de producción de Los Bastardos, quien lo invitó a participar en ese filme.

Aunque al principio pensó que se trataba de una broma o que Migración lo había identificado, porque incluso le tomaron unas fotos, una llamada al otro día de que fue "descubierto" le confirmó que había sido el elegido para ser el protagonista de la película, dirigida por Amat Escalante.

Una decisión importante

Rubén cursó hasta el tercer semestre de la prepa, porque le llamó más la atención trabajar y ganar dinero. De hecho, juntó mil 700 dólares (poco más de 17 mil pesos) para pagarle a un coyote que lo pasaría al "otro lado". Su idea era juntar todo lo que pudiera para comprarse una casa.

Cruzar la frontera, en marzo de 2007, fue toda una hazaña, ya que, además de que hubo momentos en los que sólo comió pedazos de tortilla, al principio del trayecto fue detenido por Migración.

"Cruzamos muchos cerros por la madrugada. Llegamos a un punto, y el coyote nos dijo (a él y a otros inmigrantes) que nos teníamos que esperar porque estaba muy fuerte Migración.

"Al final, nos agarraron porque ya nos tenían rodeados. Me regresaron a Tijuana. Yo no sabía a dónde ir porque uno va con la ilusión de hacer algo y en mi mente me aferraba a pasar", recuerda Rubén en la sala de su casa, ubicada en el municipio Almoloya de Alconedo.

Pero el joven, quien es el menor de cuatro hermanos, estaba dispuesto a todo. Por eso se lanzó otra vez a la aventura, que lo hizo refugiarse en una cueva durante cinco días en medio del desierto.

"Estaba ya casi llegando a San Diego. Comía tortilla embolsada. No podíamos salir de ahí porque había perros, el helicóptero, y muchos se regresaron. Al principio éramos 18 en la cueva, pero se regresaron 10; sólo pasamos cuatro coyotes, dos guías, el muchacho que conocí y yo".

La oportunidad de oro

Cuando empezó a trabajar en EU, el joven, de 19 años, ganaba 100 dólares por día, pero como trabajaba con su hermano, a quien describe...

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