La IA: disyuntiva entre el progreso y la desigualdad

AutorDaniel Aguilar Gallego

La era de la Inteligencia Artificial (IA) ha llegado con un impulso que parece imparable, prometiendo revolucionar cada aspecto de nuestra vida cotidiana, desde cómo trabajamos y aprendemos, hasta cómo tratamos enfermedades o mejoramos los ciclos agrícolas.

Avances recientes, como el desarrollo de implantes cerebrales por empresas como Neuralink, sugieren que estamos al borde de una nueva frontera donde la tecnología no solo complementa, sino que se integra con la biología humana, ofreciendo esperanzas de superar limitaciones físicas.

Sin embargo, este gran avance tecnológico plantea una pregunta crítica: ¿Cómo impactará la evolución de la IA a las clases sociales menos favorecidas y qué significa para la brecha tecnológica en países con marcadas desigualdades, como México?

El potencial de la IA para transformar sectores como la salud y la educación podría ser un catalizador para el bienestar social. La promesa de diagnósticos más precisos, tratamientos personalizados y accesibilidad a la educación de calidad a través de plataformas digitales personalizadas podría nivelar el campo de juego para muchos.

No obstante, este optimismo tecnológico se ve empañado por la realidad de la desigualdad digital y económica. La brecha tecnológica, ya profunda en nuestro País, corre el riesgo de convertirse en un abismo insalvable si el acceso y la alfabetización digital no se abordan de manera integral.

En México, donde la desigualdad social y económica se encuentra entre las más altas de la OCDE, la rápida adopción de la IA presenta tanto oportunidades como desafíos. Por un lado, la IA ofrece el potencial para abordar algunos de los problemas más persistentes del País, como mejorar la eficiencia en el sector público, optimizar la producción agrícola en el contexto del cambio climático y democratizar el acceso a servicios de salud de calidad.

Por otro lado, la automatización impulsada por la IA amenaza con desplazar a un gran segmento de la fuerza laboral, particularmente en sectores donde trabajan personas de clases en situación vulnerable, exacerbando la ya crítica situación de desempleo y subempleo.

La transición hacia una economía impulsada por la IA no es solo una cuestión de innovación...

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