La huella del ex Presidente

AutorGuadalupe Irízar y Mayolo López

Recuerdan políticos y analistas legado del ex Mandatario Luis Echeverría, quien gobernó entre 1970 y 1976, en el esplendor del partido único y sin contrapesos

Advierte Aguayo fin de régimen

Guadalupe Irízar

El escritor e investigador Sergio Aguayo consideró ayer que el fallecimiento de Luis Echeverría representa la muerte física del viejo régimen y lamentó que el ex Presidente haya guardado silencio hasta el final de su vida sobre los acontecimientos en los que él participó, entre ellos la Guerra Sucia.

"Es paradójico que él muera una semana, 10 días después de que los militares empiecen a abrir sus archivos a la Comisión de la Verdad, pues hace unos días les entregaron los primeros archivos", señaló.

"Esto simboliza que la transparencia, con sus altibajos, sigue avanzando; sin embargo, él jamás habló y (eso) lo confirma como 'el egoísta de Palacio', el que menos habló, el que más guardó silencio. Él pudo dar pistas o información sobre los desaparecidos y jamás lo hizo", añadió el autor de "El 68, los estudiantes, el Presidente y la CIA".

-¿Quizá porque tenía responsabilidad?, se le pregunta.

"Quizá, pero pudo haber dado su versión de la historia. A él siempre le interesó pasar a la historia como un reformista, por eso fracasó rotundamente", respondió.

Para el estudioso de temas de seguridad y Guerra Sucia, Echeverría es un símbolo del viejo régimen.

"Echeverría fue el artífice de la Guerra Sucia y durante su Gobierno impulso la apertura política y la Guerra Sucia. Así de contradictorio fue, como el viejo régimen", señaló el autor del libro "De Tlatelolco a Ayotzinapa. Las violencias de Estado".

"Representa la muerte física del viejo régimen. Si alguien simboliza, en temas de seguridad, el viejo régimen, ese es Echeverría, no hay ninguna duda de que fue una de las columnas en las que se apoyó (el entonces Presidente) Gustavo Díaz Ordaz para su decisión de reprimir al movimiento estudiantil y luego intentó encabezar una transición política dentro del régimen y fracasó", añadió.

Para Aguayo, ese intento de transición al interior del régimen también terminó marginándolo de la historia; una transición, apuntó, que intentaba "elecciones razonablemente confiables", con una apertura en 1971 que fracasó.

Y una vez que en el país se desataron las fuerzas que consolidarían a la urna como instrumento para cambiar gobernantes y la transparencia como regla, añadió, él no supo adaptarse "y se salió de esa historia".

"Pero su lealtad al viejo régimen la...

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