Honran su trayectoria en industria de la vivienda

AutorBernabé Gómez

El genio o éxito es un uno por ciento de inspiración y el 99 de transpiración, dice una famosa frase de Thomas Edison y don Héctor Luis de León, fundador de la desarrolladora regiomontana Vivienda y Desarrollo Urbano (Vidusa), lo sabe a la perfección.

"La tarea no fue fácil, sudé bastante, pero logré salir adelante", expresa en entrevista telefónica el empresario regio, quien recibió el Premio Hombres y Mujeres de la Casa, en la Categoría Cimientos, que entregó el Consejo Editorial del Centro Urbano en la Ciudad de México y la CANADEVI a nivel nacional.

Don Héctor Luis, reconocido por su trayectoria en la industria de la vivienda durante 57 años, tuvo un enlace virtual desde su residencia en San Pedro, donde recordó su participación en eventos históricos del sector.

Relató que en el año de 1963, un grupo de empresarios neoleoneses conformaron el Instituto Promotor de Habitaciones Populares.

Abogado de profesión, egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nuevo León, don Héctor era director jurídico de un grupo de negocios en Monterrey y había tenido experiencias en la parte inmobiliaria.

"Había sido yo director de una financiera que tenían ellos, así que a la vuelta de 11 o 12 años decidí separarme y estaba estableciendo mi despacho, cuando me dijeron que don Carlos Maldonado necesitaba una persona que entendiera de administración, derecho, finanzas y bienes raíces, y que yo tenía ese perfil", recuerda don Héctor.

"Carlos Maldonado, en ese entonces presidente de la Cámara de la Industria, me explicó que las cámaras querían desarrollar fraccionamientos para los trabajadores, al igual que las grandes empresas lo habían hecho, pero que los empresarios medianos y pequeños no tenían la capacidad instalada para formar departamentos dentro de sus empresas y dedicados a conseguir terrenos, fraccionar y construir, entonces, quería formar un organismo como asociación civil que se llamó Instituto Promotor de Habitaciones Populares".

Así fue como se resolvió la formación de las sociedades cooperativas para la construcción de casas accesibles e higiénicas, destinadas a ser adquiridas en plazos por los trabajadores, según se había previsto desde la Constitución de 1917, que establecía que todas las empresas con más de 100 empleados deberían dar casa a sus trabajadores.

El instituto desarrolló Unidad Modelo, al norponiente de la ciudad, un gran reto, pues no sólo era un proyecto nuevo para Monterrey, sino para el País entero, y en especial...

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