Por homicidio y suicidio más de 700 muertes en penales

David FuentesCIUDAD DE MÉXICO, marzo 30 (EL UNIVERSAL).- La noche del pasado 25 de enero fue trágica para el interno Juan Carlos Albedrín González. Tenía apenas unas horas que lo habían trasladado del Reclusorio Oriente al de mediana seguridad conocido como El Diamante. Ahí, según familiares de la víctima y el testimonio de otros reclusos, llegó con “encargo”, por lo que supuestamente custodios de ese lugar lo mojaron con agua helada, después lo golpearon hasta dejarlo inconsciente y así lo trasladaron a celda.

Cuarenta minutos más tarde su compañero del área D311 solicitó auxilio, pues se empezó a convulsionar a raíz de los golpes, de inmediato fue trasladado al área médica donde minutos después perdió la vida.

La necropsia asentada en la Averiguación Previa CI-FIZT/IZT-9/UI-35- D00118/01-2016 de la procuraduría capitalina detalló que la muerte fue por traumatismo craneoencefálico a raíz de la golpiza que recibió, además presentaba golpes contusos en diversas partes de cuerpo y escoriaciones, señal de que incluso lo arrastraron hasta su dormitorio.

Este no es un caso aislado dentro de las 11 cárceles del Sistema Penitenciario capitalino donde, en los últimos seis años, 763 internos han muerto de manera violenta. Para asesinarlos se han usado “puntas hechizas”, armas blancas, instrumentos punzopenetrantes, golpes e incluso armas de fuego, artefactos que a pesar de las revisiones de las autoridades encargadas de estos centros de reclusión siguen existiendo y que, además, su sola existencia en los pasillos o celdas constituye un delito y —por lo visto— las sanciones han quedado de lado, pues hasta el momento ningún directivo o encargado de algún penal donde suceden los asesinatos ha sido sancionado o separado de su cargo.

A decir de especialistas en Derechos Humanos y en Sistema Penitenciario, esta situación se da por la falta de interés de las autoridades y la falta de un verdadero sistema se reinserción social, donde el convicto pueda tener oportunidades reales de mejoramiento social, un trabajo, algo que hacer para cambiar el círculo vicioso en el que ha desarrollado toda su vida, además de que al ingresar a cualquiera de las cárceles locales del país, son victimizados nuevamente pues tienen que pagar desde derecho de piso para poder dormir, poder tener acceso a los alimentos e incluso, para no ser molestado por los custodios.

Las muertes en reclusión se dan cotidianamente, no se puede hablar de un acontecimiento aislado, es ahí donde...

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