Homero Aridjis/ El lago que agoniza

AutorHomero Aridjis

Hace unos días, en un planeta depredado ecológicamente, se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente. Como siempre, los discursos de los funcionarios no escasearon, tampoco los diagnósticos negativos: el paciente Tierra sigue muriendo. Y con este paciente los bosques, los mares, los ríos y los lagos, los animales y los hombres. A millones de personas no les interesó ni esta celebración ni las revelaciones que se hicieron sobre la condición material del globo terrestre. Todavía no les cae el veinte de que viven en un organismo vivo y que su suerte está ligada a la suya. Aquí en casa, en esta ciudad multitudinaria, el tráfico fue pesado. La contaminación nuestra de cada día estuvo presente gracias a un gobernante al que no le importa el medio ambiente.

Alrededor de la celebración ambiental, Víctor Lichtinger, secretario de la Semarnat, reveló que 600 mil hectáreas forestales se pierden cada año en México; o sea, poco menos de 2 mil hectáreas diarias. Los aficionados al fútbol podrían imaginarse esta pérdida si hicieran el cálculo en estadios deportivos; los entusiastas de la geografía en el tamaño de los estados de la República que cabrían en esa extensión. La revelación apenas me sorprendió: el mapa de la deforestación crece cada día en México gracias a la impunidad de los talamontes y a la ineficacia de las autoridades para actuar contra tantas complicidades. Las declaraciones del secretario de que "el deterioro ambiental de México no se puede remediar totalmente en una administración o siquiera en una generación" nos dejan desamparados: significa que aún tenemos que esperar. El problema es que solamente tenemos una vida y pertenecemos a una generación. El mañana político mexicano nos convence poco, sobre todo si se refiere a salud, seguridad y medio ambiente. De manera que esperamos que Vicente Fox comprenda la urgencia del problema ambiental de México y le dé todos los recursos y todo el apoyo político necesarios a la Semarnat. No podemos perder más tiempo para defender la vida.

En un país donde se están acabando los bosques y las selvas de Chiapas a Chihuahua, de Oaxaca a Veracruz, de Puebla al Estado de México, de Durango a Michoacán, suena alarmante la falta de acción. ¿Adónde están las definiciones de Vicente Fox y de Adolfo Aguilar Zinser de que los bosques son materia de seguridad nacional? ¿Qué va a hacer el gobierno foxista para proteger Montes Azules? ¿Cómo va a impedir que políticos y empresarios acaben con el patrimonio natural...

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