Homero Aridjis / Paz, viaje al oriente de sí mismo

AutorHomero Aridjis

Una tarde de 1962, en Paseo de la Reforma, Octavio Paz me dijo que se iba a la India como embajador porque no tenía una alternativa de trabajo en México. Poco le interesaba vivir en un país exótico, viniendo de otro país exótico. Sus confidencias expresaban el sentimiento de no ser apreciado en su país, un sentimiento que lo acompañó hasta el final de su vida.

Era la época de la Guerra Fría en el mundo, y en México de la hegemonía del PRI y del presidencialismo arbitrario (más que totalitario). Paz no imaginaba que no sólo sería un cargo diplomático más, sino el comienzo de un viaje al oriente de sí mismo, porque este viaje cambiaría su vida, y su poesía. Pues en la India iba a encontrar el amor y su obra se iba a transformar temáticamente. A mi juicio, su obra podría dividirse en tres periodos: el francés, el indio y el mexicano, considerando que el periodo mexicano siempre está presente en los otros dos.

Típico de Paz, desde la India, como antes lo había hecho desde Francia, su mirada crítica continuó examinando la poesía mexicana. Fue entonces que Paz, Alí Chumacero, José Emilio Pacheco y yo hicimos Poesía en movimiento. México 1915-1966. Las cartas que él mandó desde Nueva Delhi cuestionando la obra de algunos poetas mexicanos provocaron controversia entonces, y la siguen provocando hasta el día de hoy. El libro, que planeaba publicar el Fondo de Cultura Económica, con la destitución de Arnaldo Orfila Reynal por Gustavo Díaz Ordaz, saldría en Siglo XXI.

En julio de 1967, a Spoleto, Italia, de la India llegó Paz con Marie José Tramini (con quien se había casado en Nueva Delhi) para participar en el Festival de los Dos Mundos, al cual también vinieron Giuseppe Ungaretti, Allen Ginsberg, Ingeborg Bachmann, Charles Tomlinson, Rafael Alberti, John Berryman, Stephen Spender y yo mismo. Paz y Marie José, Betty y yo visitamos juntos Assisi para ver los frescos de Giotto, paseamos por el Chiostro dei Morti y subimos al Eremo delle Carceri, donde se encontraba el lecho de piedra donde dormía San Francisco. "El único santo occidental que se parece a uno del oriente", nos dijo Paz.

Un domingo en la noche, cuando asistíamos Paz, Tomlinson y yo, con nuestras respectivas esposas, a la ópera Don Giovanni de Mozart, con escenografía de Henry Moore, nos dimos cuenta que llegaba Ezra Pound acompañado de dos mujeres. Octavio comentó: "Si fuera Mallarmé iría a saludarlo, pero como no es Mallarmé...".

Paz y Marie José volvieron a la India, país por el que...

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