Homenaje a la capacidad creadora

AutorAdalberto Ríos Szalay

Fotogalería: Adalberto Ríos Szalay

Por su carácter único, por reunir construcciones monumentales emblemáticas del siglo 20, por su sello cosmopolita y por ser un centro cultural, económico y de relaciones internacionales, Manhattan debería ser considerada formalmente patrimonio del género humano.

La humanidad pierde parte de su memoria y legado cuando se destruyen bienes significativos en cualquier parte del mundo, lo mismo se trate de representaciones de Buda en Afganistán que de museos en Bagdad o de rascacielos en Nueva York.

Los viajeros se han desplazado desde la antigüedad al encuentro de los monumentos que se consideran maravillas, por eso cuando el cine, la televisión o la fotografía nos muestran el perfil neoyorquino, con la siluetas de sus puentes y rascacielos, hay siempre una búsqueda nostálgica de las dos moles gemelas que eran parte esencial de la megalópolis.

Los habitantes y visitantes de Nueva York siguen acudiendo al sitio que antes les permitía sentir la grandeza del talento constructor del hombre, pero ahora para ser testigos del surgimiento de nuevas obras que serán homenaje a su capacidad creadora.

Visitar la zona cero es impresionante. El vacío es enorme y el silencio abruma. Más allá de las posiciones políticas, éste es un sitio que invita a reflexionar sobre los enfrentamientos y rumbos errados a los que se puede llegar.

Por un corto periodo...

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