Hogar por hogar

Por David Penchyna

(Director general del Infonavit)

Colaboración especial

EL UNIVERSALEl listado de anhelos y necesidades en México es un verdadero crisol. Las aspiraciones de los jóvenes, las demandas de los trabajadores, las esperanzas de las jefas de familia son increíblemente diversas y sin embargo, hay en el país una constante, un anhelo persistente y necesidad común: contar con un patrimonio.

Son muchos los factores económicos, educativos, de entorno social, por citar algunos, que acercan al ciudadano a la obtención de ese objetivo de vida. En esa ruta, el Infonavit ha sido un vehículo financiero para fincar un patrimonio. En 44 años, el Instituto que fundara don Jesús Silva Herzog Flores ha otorgado más de 9 millones de créditos y financiado prácticamente una de cada cuatro casas en México. Más allá de la numeralia, el Infonavit ha financiado a aquellos que por su nivel de ingreso, jamás habrían podido obtener un crédito para la vivienda.

Lo cierto es que una historia institucional exitosa no debe ser pretexto para bajar la guardia. Las necesidades sociales cambian y es una obligación adaptar el portafolio de servicios a lo que marca la demanda. Hoy no todos los derechohabientes del Infonavit quieren una vivienda nueva; muchos de ellos quieren remodelar el espacio en el que viven o quieren nuevas alternativas de vivienda en renta, dada la tremenda movilidad laboral que hay en nuestro país. Debemos entender esa compleja dinámica social que marca la oferta y la demanda de vivienda; sobre todas las cosas, en Infonavit debemos trabajar para la demanda y no para la oferta de vivienda.

Con esa premisa relanzamos un producto de crédito para el mejoramiento de vivienda llamado...

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