Historias compartidas

AutorAdalberto Ríos Szalay

Fotos: Adalberto Ríos Szalay

México y España comparten desde 1517 una historia común. Viajar a la Península es oportunidad para incluir en el itinerario sitios que forman parte de ese devenir y reconocer infinidad de particularidades que nos identifican.

El primo de Hernán Cortés

A unos minutos de Cáceres, una de las ciudades medievales más hermosas de Europa, está Trujillo, la tierra de Francisco Pizarro, primo de Hernán Cortés que conquistó el Perú.

Trujillo es una ciudad hermosísima que logró su monumentalidad gracias a las riquezas provenientes de América. Trujillo es una urbe monumental a la que hay que dedicar al menos una jornada.

Vista desde su castillo árabe en la colina, Trujillo luce con sus palacios, templos, tejados y las calles de sus barrios judío y árabe. Su plaza mayor tiene una estatua ecuestre de Pizarro igual a la que estaba en la Plaza de Armas de Lima y que fue recientemente retirada para poner en su lugar las banderas del Perú, de Lima y del Tawantinsuyu, la confederación prehispánica que abarcaba lo que ahora son varios países sudamericanos.

De Castilla a Michoacán

En la llanura castellana, a 12 kilómetros de Medina del Campo destacan desde el 1200 las murallas de una pequeña ciudad donde nació Isabel la Católica. Llama la atención el templo de San Nicolás, de hermoso alfarje, techo de madera primorosamente trabajado herencia de los árabes y, muy cerca de él, un monumento a don Vasco de Quiroga, el hombre que intentó un modelo de sociedad más justo para los indígenas de Michoacán.

Madrigal de las Altas Torres, entre Salamanca y Valladolid, fue la cuna de don Vasco, del cual se puede ver su vieja casa, aún en pie, y un museo con piezas de arte popular purépecha, enviadas por los pueblos que aún lo recuerdan como Tata Vasco.

El primer historiador del México mestizo

A dos horas en automóvil desde Madrid hay una pequeña población castellana, Medina del Campo, con una antigua e impresionante edificación militar del siglo 15: el Castillo de la Mota. Ahí residieron por...

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